El Ca pi tán ca yó muer to en la tie rra
Be ni to se gún di ce lo ma ta ra
Mo vio le a lo ma tar la pa sión pe rra
que con el Ca pi tán és te to ma ra
Ju ra do lo te ní a que en la gue rra
se ha bí a de ven gar que le in ju ria ra
y a sí le dio el cas ti go de es te he cho
me tién do le u na fle cha por el pe cho
A quí Do min go Lá rez va le ro so
en san gre y en va lor y va len tí a
an du vo con es fuer zo y a ni mo so
re pri mien do del in dio la o sa dí a
y vién do le ya an dar tan or gu llo so
los in dios a cu die ron a por fí a
y a pu ja a cual más pue de le hi rie ron
y que brán do le un bra zo le pren die ron
Can sa dos los con tra rios de la gue rra
o por me jor de cir de la ma tan za
y vien do que la no che ya se cie rra
no cu ran de lle gar a nues tra es tan za
Del fuer te se les ti ra mas dio en tie rra
un ti ro cu le bri na que no al can za
Por e so y por la no che a los cris tia nos
de ja ron de se guir los Za pi ca nos
El Capitán cayó muerto en la tierra,
Benito, según dice, lo matara.
Moviole a lo matar la pasión perra
que con el Capitán éste tomara.
Jurado lo tenía que en la guerra
se había de vengar que le injuriara,
y así le dio el castigo de este hecho,
metiéndole una flecha por el pecho.
Aquí Domingo Lárez, valeroso
en sangre y en valor y valentía,
anduvo con esfuerzo y animoso,
reprimiendo del indio la osadía;
y viéndole ya andar tan orgulloso,
los indios acudieron a porfía,
y a puja, a cual más puede, le hirieron,
y quebrándole un brazo le prendieron.
Cansados los contrarios de la guerra,
o por mejor decir de la matanza,
y viendo que la noche ya se cierra,
no curan de llegar a nuestra estanza.
Del fuerte se les tira, mas dio en tierra
un tiro culebrina, que no alcanza.
Por eso, y por la noche a los cristianos
dejaron de seguir los Zapicanos.
El cayo muerto en la tierra,
, segun dicen, lo matára:
Movióle a lo matar la pasion perra
Que con el este tomara.
Jurado lo tenia, que en la guerra
Se habia de vengar, que le injuriara:
Y asi le dio el castigo de este hecho,
Metiéndole una flecha por el pecho.
Aquí , valeroso
En sangre, y en valor y valentia,
Anduvo con esfuerzo y animoso,
Reprimiendo del indio la osadía:
Y viendole ya andar tan orgulloso,
Los indios acudieron a porfia,
Y a puja, a cual mas puede, le hirieron,
Y quebrándole un brazo, le prendieron.
Cansados los contrarios de la guerra,
O por mejor decir, de la matanza,
Y viendo que la noche ya se cierra,
No curan de llegar a nuestra estanza.
Del fuerte se les tira, mas dió en tierra
Un tiro culebrina, que no alcanza.
Por eso, y por la noche a los cristianos
Dejaron de seguir los .