Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

A ques te Ca pi tán aun que mi ra ba

de le jos al her ma no que ve muer to

al fuer te a gran de prie sa pro cu ra ba

que to dos se re co jan que es lo cier to

El Juan Or tiz a prie sa ca mi na ba

a don de es tán los in dios sin con cier to

y si el des ven tu ra do a llá lle ga ra

el res to del ar ma da se a ca ba ra

Pues i do el e ne mi go ya y ve ni da

la tris te de la no che te me ro sa

la mi se ra ble ha cien da ya me ti da

en el fuer te con prie sa pre su ro sa

nues tra gen te sin fuer zas y ren di da

a la ti ra na muer te do lo ro sa

por la frí gi da a re na es ten di da

y de pu ro des ma yo a mor te ci da

El Juan Or tiz su ro pa con pres te za

em bar ca a que lla no che que te a

no die se Za pi cán con li ge re za

so bre el fuer te y re al an tes del a

y no tar que vi no sin pe re za

al pun to que la au ro ra des cu brí a

y pie dras a me nu do al fuer te ti ra

mas en to can do al ar ma se re ti ra

Aqueste Capitán, aunque miraba

de lejos al hermano que ve muerto,

al fuerte a grande priesa procuraba

que todos se recojan, que es lo cierto.

El Juan Ortiz a priesa caminaba

a donde están los indios sin concierto,

y si el desventurado allá llegara,

el resto del armada se acabara.

Pues ido el enemigo ya, y venida

la triste de la noche temerosa,

la miserable hacienda ya metida

en el fuerte con priesa presurosa,

nuestra gente, sin fuerzas y rendida

a la tirana muerte dolorosa,

por la frígida arena está tendida

y de puro desmayo amortecida.

El Juan Ortiz su ropa con presteza

embarca aquella noche, que temía

no diese Zapicán con ligereza

sobre el fuerte y real antes del día;

y no tardó, que vino sin pereza

al punto que la aurora descubría,

y piedras a menudo al fuerte tira,

mas en tocando al arma se retira.

Aqueste , aunque miraba

De lejos al hermano que vé muerto,

Al fuerte a grande priesa procuraba

Que todos se recojan, que es lo cierto.

El a priesa caminaba

A donde están los indios sin concierto,

Y si el desventurado allá llegara,

El resto del Armada se acabara.

Pues ido el enemigo ya, y venida

La triste de la noche temerosa,

La miserable hacienda ya metida

En el fuerte con priesa presurosa;

Nuestra gente sin fuerzas y rendida

A la tirana muerte dolorosa,

Por la frigida arena esta tendida,

Y de puro desmayo, amortecida.

El su ropa con presteza

Embarca aquella noche; que temia

No diese con ligereza

Sobre el fuerte y real antes del dia:

Y no tardó que vino sin pereza

Al punto que el aurora descubria;

Y piedras a menudo al fuerte tira,

Mas en tocando al arma se retira.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0