Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Sus in dios pie dras ti ran aun a lle gan

con e llas a la na ve do tem blan do

la gen te es En la pól vo ra no pe gan

las me chas aun que es tán más re fre gan do

Los in dios por las yer bas se re frie gan

mo tín per ne ta ha cen muy gri tan do

al fin de jan el cam po ya ve ni da

la no che ho rri ble tris te obs cu re ci da

A pe nas a ma ne ce cuan do vie ne

un in dio de en dia bla da ca ta du ra

y muy po co en la pla ya se de tie ne

Has ta que el a gua lle ga a su cin tu ra

de a llí di ce que ga na gran de tie ne

de pro bar en el cam po su ven tu ra

que sal ga a quel cris tia no del na o

que qui sie re a cep tar el de sa o

De par te de la Lu na a quien a do ro

es di cien do el in dio yo pro me to

guar dar la fe que die re que el te so ro

que es ti ma re ma yor de a ques te rie to

se que en es tas tie rras don de mo ro

de Za pi cán un in dio su sub je to

sin o tra a yu da al gu no en es te lla no

se a tre va a com ba tir con un cris tia no

Sus indios piedras tiran, aun allegan

con ellas a la nave, do temblando

la gente está. En la pólvora no pegan

las mechas, aunque están más refregando.

Los indios por las yerbas se refriegan,

motín, perneta hacen muy gritando;

al fin dejan el campo ya venida

la noche horrible, triste, obscurecida.

Apenas amanece, cuando viene

un indio de endiablada catadura,

y muy poco en la playa se detiene.

Hasta que el agua llega a su cintura,

de allí dice que gana grande tiene

de probar en el campo su ventura,

que salga aquel cristiano del navío

que quisiere aceptar el desafío.

"De parte de la Luna a quien adoro",

está diciendo el indio, "yo prometo

guardar la fe que diere; que el tesoro

que estimare mayor de aqueste rieto,

será que en estas tierras donde moro

de Zapicán un indio su subjeto,

sin otra ayuda alguno en este llano,

se atreva a combatir con un cristiano".

Sus indios piedras tiran, aun allegan

Con ellas a la nave, do temblando

La gente esta. En la pólvora no pegan

Las mechas, aunque estan mas refregando.

Los indios por las yerbas se refriegan,

Motin, perneta hacen muy gritando;

Al fin dejan el campo ya venida

La noche horrible, triste, obscurecida.

Apenas amanece, cuando viene

Un indio de endiablada catadura,

Y muy poco en la playa se detiene,

Hasta que el agua llega a su cintura

De allí dice, que gana grande tiene

De probar en el campo su ventura,

Que salga aquel cristiano del navio,

Que quisiere aceptar el desafio.

De parte de la Luna a quien adoro,

Esta diciendo el indio, yo prometo

Guardar la fé que diere; que el tesoro

Que estimare mayor de aqueste rieto,

Sera que en estas tierras donde moro

De un indio su subiecto,

Sin otra ayuda alguna en este llano,

Se atreva a combatir con un cristiano.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0