Del is la San Ga briel sa le el ar ma da
con nues tro buen Ro dri go en la de man da
de la Mar tín Gar cí a a sí nom bra da
que es tá por ci ma de és ta y a su ban da
En bre ve y po co es pa cio fue to ma da
a do el A de lan ta do lue go man da
sa lir a tie rra a to dos por que quie re
po blar en es ta is la si pu die re
El ca pi tán Rui Dí az Mel ga re jo
por que de la ra bio sa se re ce la
a nues tro A de lan ta do por con se jo
que le des pa che da en la ca ra be la
Con e lla y con un mal ber gan ti ne jo
se ha ce el buen Rui Dí az a la ve la
al pre so A ba ro rí lle va con si go
que pro me te guiar le co mo a mi go
A mí me cu po en suer te es ta jor na da
que de sa ber y ver muy de se o so
ja más de jé de en trar cual quie ra en tra da
aun que fue se el pe li gro te me ro so
En u na is la muy fér til y po bla da
A ba ro rí nos me te muy go zo so
En tra mos por un bra zo no ca lan do
los re mos que las yer bas van to can do
Del isla San Gabriel sale el armada
con nuestro buen Rodrigo en la demanda
de la Martín García, así nombrada,
que está por cima de ésta y a su banda.
En breve y poco espacio fue tomada,
a do el Adelantado luego manda
salir a tierra a todos, porque quiere
poblar en esta isla si pudiere.
El capitán Rui Díaz Melgarejo,
porque de la rabiosa se recela,
a nuestro Adelantado por consejo
que le despache da en la carabela.
Con ella y con un mal bergantinejo
se hace el buen Rui Díaz a la vela;
al preso Abarorí lleva consigo,
que promete guiarle como amigo.
A mí me cupo en suerte esta jornada,
que de saber y ver muy deseoso,
jamás dejé de entrar cualquiera entrada,
aunque fuese el peligro temeroso.
En una isla muy fértil y poblada
Abarorí nos mete muy gozoso.
Entramos por un brazo, no calando
los remos, que las yerbas van tocando.
Del isla San Gabriel sale el Armada,
Con nuestro buen en la demanda,
De la Martin García, así nombrada,
Que esta por cima de esta y a su banda.
En breve y poco espacio fué tomada,
A dó el luego manda
Salir a tierra a todos, porque quiere
Poblar en esta isla si pudiere.
El capitan ,
Porque de la rabiosa se recela,
A nuestro por consejo
Que le despache dá en la caravela.
Con ella, y con un mal bergantinejo,
Se hace el buen a la vela,
Al preso lleva consigo,
Que promete guiarle como amigo.
A mi me cupo en suerte esta jornada,
Que de saber y ver muy deseoso,
Jamas dejé de entrar cualquiera entrada,
Aunque fuese el peligro temeroso.
En una isla muy fertil y poblada
nos mete muy gozoso:
Entramos por un brazo, no calando
Los remos, que las yerbas van tocando.