Lo que el tris te man ce bo sen ti rí a
con tem ple ca da cual de a mor he ri do
Es ta ba muy sus pen so qué ha rí a
y cien ve ces ma tar se a llí ha que ri do
En es to o yó so nar gran gri te rí a
de jan do al u no y o tro a llí ten di do
a la gri ta a cu dió con gran de prie sa
y sa le de la sel va ver de es pe sa
A ques ta Li ro pe ya en her mo su ra
en to da a ques ta tie rra e ra ex tre ma da
al vi vo re tra ta da su fi gu ra
de plu ma vi de yo muy a pro pia da
y vi de la men tar su des ven tu ra
con clu sa Ca ra ba llo su jor na da
di cien do que aun que muer ta es ta ba be lla
y tal co mo un lu ce ro y cla ra es tre lla
Mil ve ces se mal di jo el des di cha do
por ver que fue la cau sa de la muer te
de Li ro pe ya an dan do tan pe na do
que mal siem pre de cí a de su suer te
Ay tris te por sa ber que fui cul pa do
de un ca so tan ex tra ño tris te y fuer te
ten dré has ta mo rir pa vor y es pan to
y siem pre vi vi ré en a mar go llan to
Lo que el triste mancebo sentiría
contemple cada cual de amor herido.
Estaba muy suspenso qué haría,
y cien veces matarse allí ha querido.
En esto oyó sonar gran gritería;
dejando al uno y otro allí tendido,
a la grita acudió con grande priesa,
y sale de la selva verde espesa.
Aquesta Liropeya en hermosura
en toda aquesta tierra era extremada;
al vivo retratada su figura
de pluma vide yo muy apropiada;
y vide lamentar su desventura,
conclusa Caraballo su jornada,
diciendo que aunque muerta estaba bella,
y tal como un lucero y clara estrella.
Mil veces se maldijo el desdichado
por ver que fue la causa de la muerte
de Liropeya, andando tan penado
que mal siempre decía de su suerte.
"¡Ay triste!, por saber que fui culpado
de un caso tan extraño, triste y fuerte,
tendré, hasta morir, pavor y espanto,
y siempre viviré en amargo llanto".
Lo que el triste mancebo sentiria
Contemple cada cual de amor herido.
Estaba muy suspenso qué haria,
Y cien veces matarse allí ha querido.
En esto oyó sonar gran gritería:
Dejando al uno y otro allí tendido,
A la grita acudió con grande priesa,
Y sale de la selva verde espesa.
Aquesta en hermosura
En toda aquesta tierra era estremada:
Al vivo retratada su figura
De pluma vide yo muy apropiada:
Y vide lamentar su desventura,
Conclusa su jornada
Diciendo, que aunque muerta estaba bella,
Y tal, como un lucero y clara estrella.
Mil veces se maldijo el desdichado,
Por ver que fué la causa de la muerte
De , andando tan penado,
Que mal siempre decia de su suerte.
¡Ay triste! por saber que fuí culpado
De un caso tan extraño, triste y fuerte,
Tendre, hasta morir, pavor y espanto,
Y siempre viviré en amargo llanto.