Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Lo que el tris te man ce bo sen ti a

con tem ple ca da cual de a mor he ri do

Es ta ba muy sus pen so qué ha a

y cien ve ces ma tar se a llí ha que ri do

En es to o so nar gran gri te a

de jan do al u no y o tro a llí ten di do

a la gri ta a cu dió con gran de prie sa

y sa le de la sel va ver de es pe sa

A ques ta Li ro pe ya en her mo su ra

en to da a ques ta tie rra e ra ex tre ma da

al vi vo re tra ta da su fi gu ra

de plu ma vi de yo muy a pro pia da

y vi de la men tar su des ven tu ra

con clu sa Ca ra ba llo su jor na da

di cien do que aun que muer ta es ta ba be lla

y tal co mo un lu ce ro y cla ra es tre lla

Mil ve ces se mal di jo el des di cha do

por ver que fue la cau sa de la muer te

de Li ro pe ya an dan do tan pe na do

que mal siem pre de a de su suer te

Ay tris te por sa ber que fui cul pa do

de un ca so tan ex tra ño tris te y fuer te

ten dré has ta mo rir pa vor y es pan to

y siem pre vi vi en a mar go llan to

Lo que el triste mancebo sentiría

contemple cada cual de amor herido.

Estaba muy suspenso qué haría,

y cien veces matarse allí ha querido.

En esto oyó sonar gran gritería;

dejando al uno y otro allí tendido,

a la grita acudió con grande priesa,

y sale de la selva verde espesa.

Aquesta Liropeya en hermosura

en toda aquesta tierra era extremada;

al vivo retratada su figura

de pluma vide yo muy apropiada;

y vide lamentar su desventura,

conclusa Caraballo su jornada,

diciendo que aunque muerta estaba bella,

y tal como un lucero y clara estrella.

Mil veces se maldijo el desdichado

por ver que fue la causa de la muerte

de Liropeya, andando tan penado

que mal siempre decía de su suerte.

"¡Ay triste!, por saber que fui culpado

de un caso tan extraño, triste y fuerte,

tendré, hasta morir, pavor y espanto,

y siempre viviré en amargo llanto".

Lo que el triste mancebo sentiria

Contemple cada cual de amor herido.

Estaba muy suspenso qué haria,

Y cien veces matarse allí ha querido.

En esto oyó sonar gran gritería:

Dejando al uno y otro allí tendido,

A la grita acudió con grande priesa,

Y sale de la selva verde espesa.

Aquesta en hermosura

En toda aquesta tierra era estremada:

Al vivo retratada su figura

De pluma vide yo muy apropiada:

Y vide lamentar su desventura,

Conclusa su jornada

Diciendo, que aunque muerta estaba bella,

Y tal, como un lucero y clara estrella.

Mil veces se maldijo el desdichado,

Por ver que fué la causa de la muerte

De , andando tan penado,

Que mal siempre decia de su suerte.

¡Ay triste! por saber que fuí culpado

De un caso tan extraño, triste y fuerte,

Tendre, hasta morir, pavor y espanto,

Y siempre viviré en amargo llanto.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0