Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Por un pe que ño o de bos ca je

las bal sas y la bar ca ca mi na ban

cuan do vi mos ve nir un gran sal va je

La ca no a en que vie ne go ber na ban

al pa re cer dos nin fas de buen tra je

En vién do nos a prie sa se tor na ba

y des que al Pa ra gran de lle ga ron

en me dio de un re man so se pa ra ron

A llí nos es pe ra ron gran de pie za

y a co mo la bar ca hu bo lle ga do

el sal va je se es ti ra y en de re za

y un es cu do gran si mo ha em bra za do

Por yel mo un cue ro de an ta en la ca be za

el es cu do e ra con cha de pes ca do

y el bas tón que es te bár ba ro te a

ser vir de an te na en na ve bien po a

Ha blan do con so ber bia en cru de ci da

pre gun ta por a quel que tie ne car go

del ar ma da que di ce que la vi da

le tie ne de qui tar con fin a mar go

Y di ce No pen séis que fue hui da

la a por sa lir a quí a lo lar go

que qui se a quí sa ca ros al an chu ra

por dar a to dos an cha se pul tu ra

Por un pequeño río de boscaje

las balsas y la barca caminaban,

cuando vimos venir un gran salvaje.

La canoa en que viene gobernaban,

al parecer, dos ninfas de buen traje.

En viéndonos a priesa se tornaba,

y desque al Paraná grande llegaron,

en medio de un remanso se pararon.

Allí nos esperaron grande pieza,

y así como la barca hubo llegado,

el salvaje se estira y endereza

y un escudo grandísimo ha embrazado.

Por yelmo un cuero de anta en la cabeza,

el escudo era concha de pescado,

y el bastón que este bárbaro tenía

servir de antena en nave bien podía.

Hablando con soberbia encrudecida,

pregunta por aquel que tiene cargo

del armada, que dice que la vida

le tiene de quitar con fin amargo.

Y dice: "No penséis que fue huida

la mía, por salir aquí a lo largo,

que quise aquí sacaros al anchura

por dar a todos ancha sepultura".

Por un pequeño rio de boscage

Las balsas y la barca caminaban,

Cuando vimos venir un gran salvage.

La canoa en que viene gobernaban,

Al parecer, dos ninfas de buen trage;

En viendonos a priesa se tornaba:

Y désque al Paraná grande llegaron,

En medio de un remanso se pararon.

Allí nos esperaron grande pieza;

Y así como la barca hubo llegado,

El salvage se estira y endereza,

Y un escudo grandísimo ha embrazado:

Por yelmo un cuero de anta en la cabeza,

El escudo era concha de pescado,

Y el baston que este bárbaro tenia,

Servir de antena en nave bien podia.

Hablando con soberbia encrudecida,

Pregunta por aquel que tiene cargo

Del Armada, que dice que la vida

Le tiene de quitar con fin amargo:

Y dice: no penseis que fué huida

La mia, por salir aquí a lo largo,

Que quise aquí sacaros al anchura,

Por dar a todos ancha sepultura.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0