Las bal sas a quí car gan de co mi da
la gen te de a ca ba llo va por tie rra
si guien do la vic to ria co no ci da
con á ni mo y co di cia de la gue rra
Abs cón de se la gen te do lo ri da
que el te mor del ca ba llo la des tie rra
sa que a el es pa ñol a llí las ca sas
y en un pun to ve reis las he chas bra sas
El Ca pi tán de a quí pres to sa lien do
pe no so por no ha ber le in dio pa ra do
sus bal sas y su gen te re co gien do
a A ñan gua zú a co me te in dio a fa ma do
Los in dios son va lien tes y al es truen do
sa lie ron con es fuer zo de no da do
y sien do pre gun ta dos por qué hu yen
con la ra zón del u no a sí con clu yen
De jad nos ya que es ta mos te me ro sos
y con tra vues tras fuer zas no po de mos
Y vo so tros so bri nos a ni mo sos
a los man ce bos di cen qué os ha ce mos
Mi rad que a nues tros hi jos a mo ro sos
criar ni sus ten tar ya no po de mos
pues car ga de mu je res tan pe no sa
no es pe ra a vues tra dies tra po de ro sa
Las balsas aquí cargan de comida;
la gente de a caballo va por tierra
siguiendo la victoria conocida
con ánimo y codicia de la guerra.
Abscóndese la gente dolorida,
que el temor del caballo la destierra;
saquea el español allí las casas,
y en un punto vereislas hechas brasas.
El Capitán de aquí presto saliendo
penoso, por no haberle indio parado,
sus balsas y su gente recogiendo,
a Añanguazú acomete, indio afamado.
Los indios son valientes, y al estruendo
salieron con esfuerzo denodado,
y siendo preguntados ¿por qué huyen?,
con la razón del uno así concluyen.
"Dejadnos ya, que estamos temerosos,
y contra vuestras fuerzas no podemos.
Y vosotros, sobrinos animosos",
a los mancebos dicen, "¿qué os hacemos?
Mirad que a nuestros hijos amorosos
criar ni sustentar ya no podemos,
pues carga de mujeres tan penosa
no espera a vuestra diestra poderosa".
Las balsas aquí cargan de comida;
La gente de a caballo vá por tierra
Siguiendo la victoria conocida,
Con ánimo y codicia de la guerra.
Abscóndese la gente dolorida,
Que el temor del caballo la destierra:
Saquea el Español allí las casas,
Y en un punto veréislas hechas brasas.
El Capitan de aquí presto saliendo
Penoso, por no haberle indio parado,
Sus balsas y su gente recogiendo,
A acomete, indio afamado.
Los indios son valientes, y al estruendo
Salieron con esfuerzo denodado,
Y siendo preguntados ¿porque huyen:?
Con la razon del uno así concluyen.
Dejadnos ya, que estamos temerosos,
Y contra vuestras fuerzas no podemos:
Y vosotros, sobrinos animosos,
A los mancebos dicen, ¿qué os hacemos?
Mirad que a nuestros hijos amorosos
Criar, ni sustentar ya no podemos,
Pues carga de mugeres tan penosa
No espera a vuestra diestra poderosa.