Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

De dos na ves que ha a del ar ma da

no quie re per do nar es ta tor men ta

a al gu na que a la za bra que car ga da

es de la co mi da la re vien ta

y la a bre por cien par tes mas va ra da

a qués ta fue en el is la la o tra a vien ta

a tie rra fir me y tan me ti da que da

que du do en al gún tiem po sa lir pue da

Pues di me Juan Or tiz No te con mue ve

el ver a ques tos tran ces pe li gro sos

Oh du ro co ra zón a quien no mue ve

el te mor de los fi nes sos pe cho sos

No ve mos ser pru den te el que se a tre ve

a per der lo ga na do en los du do sos

y pe li gro sos ca sos lo más cier to

es ir siem pre a bus car se gu ro puer to

A nues tra ar ma da vuel vo que me ti da

que da ba en un jun cal y u na en se na da

la cual ha lló se gu ra su gua ri da

Y el ber gan tín to man do u na en co na da

del o tra ban da es que de ca í da

a llí por se a bri gar hi zo pa ra da

a do con Che ran es ha tra ta do

y el tiem po que a llí es tu vo res ca ta do

De dos naves que había del armada,

no quiere perdonar esta tormenta

a alguna; que a la zabra que cargada

está de la comida, la revienta

y la abre por cien partes, mas varada

aquésta fue en el isla; la otra avienta

a tierra firme, y tan metida queda,

que dudo en algún tiempo salir pueda.

Pues dime, Juan Ortiz: ¡No te conmueve

el ver aquestos trances peligrosos!

¡Oh duro corazón!, a quien no mueve,

el temor de los fines sospechosos.

No vemos ser prudente el que se atreve

a perder lo ganado en los dudosos

y peligrosos casos; lo más cierto

es ir siempre a buscar seguro puerto.

A nuestra armada vuelvo, que metida

quedaba en un juncal y una ensenada,

la cual halló segura su guarida.

Y el bergantín, tomando una enconada,

del otra banda está, que de caída

allí por se abrigar hizo parada,

a do con Cherandíes ha tratado,

y el tiempo que allí estuvo, rescatado.

De dos naves que habia del Armada,

No quiere perdonar esta tormenta

A alguna; que a la zabra que cargada

Esta de la comida, la revienta,

Y la abre por cien partes: mas varada

Aquesta fué en el isla; la otra avienta

A tierra firme, y tan metida queda,

Que dudo en algun tiempo salir pueda.

Pues dime, : ¡no te conmueve

El ver aquestos trances peligrosos!

¡O duro corazon! a quien no mueve

El temor de los fines sospechosos.

No vemos ser prudente el que se atreve

A perder lo ganado en los dudosos

Y peligrosos casos: lo mas cierto

Es ir siempre a buscar seguro puerto.

A nuestra Armada vuelvo, que metida

Quedaba en un juncal y una ensenada,

La cual halló segura su guarida:

Y el bergantin, tomando una enconada,

Del otra banda está, que de caida,

Allí, por se abrigar, hizo parada,

A dó con ha tratado,

Y el tiempo que allí estuvo, rescatado.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0