Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En un pun to ve réis que se le van ta

un ser tan ri gu ro so que a tor men ta

con su gra ve fu ror cual quie ra plan ta

y fue ra del lu gar pro pio la a blen ta

El ar ma da se a fie rra bien y plan ta

el ber gan tín del la do no se ab sen ta

con ca bos guin da le tas a ma rra dos

es tán to dos del vien to con tras ta dos

El o tro que es pe ran do ha a que da do

car ga do de mu je res co mo vi do

el cie lo to do an dar al bo ro ta do

ca mi na el o a rri ba y ha te ni do

ven tu ra en se mu dar que ha ber tar da do

la car ga hu bie ra to da su mer gi do

Mas no pu die ra ser que en el ar ma da

ja más vi de mu jer ser mal pa ra da

En tan to que ve a el sur bra vo so

hu yen do con pres te za su fie re za

el ca pi tán Rui az va le ro so

ca mi na ba el o a rri ba sin pe re za

Llo ra ban las mu je res sin re po so

pen san do ya fe ne ce su be lle za

y que ha de ser a pe ces en tre ga da

y en vi da so las a guas se pul ta da

En un punto veréis que se levanta

un ser tan riguroso, que atormenta

con su grave furor cualquiera planta,

y fuera del lugar propio la ablenta.

El armada se afierra bien y planta,

el bergantín del lado no se absenta,

con cabos, guindaletas amarrados,

están todos del viento contrastados.

El otro que esperando había quedado

cargado de mujeres, como vido

el cielo todo andar alborotado,

camina el río arriba, y ha tenido

ventura en se mudar, que haber tardado

la carga hubiera toda sumergido.

Mas no pudiera ser, que en el armada

jamás vide mujer ser mal parada.

En tanto que venía el sur bravoso,

huyendo con presteza su fiereza,

el capitán Rui Díaz valeroso

caminaba el río arriba sin pereza.

Lloraban las mujeres sin reposo,

pensando ya fenece su belleza,

y que ha de ser a peces entregada,

y en vida so las aguas sepultada.

En un punto vereis que se levanta

Un sur tan riguroso, que atormenta

Con su grave furor cualquiera planta,

Y fuera del lugar propio la abrenta.

El Armada se afierra bien y planta,

El bergantin del lado no se absenta,

Con cabos, guindaletas amarrados,

Estan todos del viento contrastados.

El otro que esperando habia quedado,

Cargado de mugeres, como vido,

El cielo todo andar alborotado,

Camina el rio arriba, y ha tenido

Ventura en se mudar; que haber tardado,

La carga hubiera toda sumergido:

Mas no pudiera ser, que en el Armada

Jamas vide muger ser mal parada.

En tanto que venia el sur bravoso,

Huyendo con presteza su fiereza,

El capitan valeroso

Caminaba el rio arriba sin pereza.

Lloraran las mugeres sin reposo,

Pensando ya fenece su belleza,

Y que ha de ser a peces entregada,

Y en vida só las aguas sepultada.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0