Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Al a del pos trer jui cio fi gu ra ba

a quel nau fra gio nues tro do lo ro so

Cual in dio de la bal sa se a rro ja ba

por ir na dan do a tie rra co di cio so

cual vuel ve do la bal sa se a ne ga ba

en bus ca del Se ñor que es llo ro so

Las in dias di cen to das que lla me mos

a nues tro Dios pues to dos pe re ce mos

Los ca ba llos ya suel tos van na dan do

y no tie nen pe li gro si no a fie rra

el ca bo en par te al gu na que col gan do

le lle van por el a gua has ta tie rra

La bar ca sa le en sal vo y des car gan do

la ro pa y a dhe ren tes de la gue rra

en bus ca de las bal sas tor na a pri sa

a don de to dos an dan sin ca mi sa

El que es buen na da dor aun que con mie do

al a gua des nu dán do se se a rro ja

quien no sa be na dar es ta se que do

y en la bal sa me ti do bien se mo ja

Mas ya yo de na dar ha blar no pue do

la gen te sa le a tie rra do se a lo ja

ten di da por la frí a y du ra a re na

De mos los que en tien dan en su ce na

Al día del postrer juicio figuraba

aquel naufragio nuestro doloroso.

Cual indio de la balsa se arrojaba

por ir nadando a tierra codicioso;

cual vuelve do la balsa se anegaba

en busca del Señor que está lloroso.

Las indias dicen todas que llamemos

a nuestro Dios, pues todos perecemos.

Los caballos ya sueltos van nadando,

y no tienen peligro, si no afierra

el cabo en parte alguna, que colgando

le llevan por el agua hasta tierra.

La barca sale en salvo, y descargando

la ropa y adherentes de la guerra,

en busca de las balsas torna a prisa

a donde todos andan sin camisa.

El que es buen nadador, aunque con miedo,

al agua desnudándose se arroja;

quien no sabe nadar estase quedo,

y en la balsa metido bien se moja.

Mas ya yo de nadar hablar no puedo;

la gente sale a tierra do se aloja,

tendida por la fría y dura arena.

Dejémoslos que entiendan en su cena.

Al dia del juicio figuraba

Aquel naufragio nuestro doloroso.

Cual indio de la balsa se arrojaba

Por ir nadando a tierra codicioso;

Cual vuelve dó la balsa se anegaba

En busca del Señor que está lloroso.

Las indias dicen todas que llamemos

A nuestro Dios, pues todos perecemos.

Los caballos ya sueltos van nadando.

Y no tienen peligro, sino afierra

El cabo en parte alguna, que colgando

Le llevan por el agua hasta tierra.

La barca sale en salvo, y descargando

La ropa y aderentes de la guerra,

En busca de las balsas torna a prisa,

A donde todos andan sin camisa.

El que es buen nadador, aunque con miedo,

Al agua desnudandose se arroja:

Quien no sabe nadar estáse quedo,

Y en la balsa metido bien se moja.

Mas ya yo de nadar hablar no puedo:

La gente sale a tierra dó se aloja,

Tendida por la fria y dura arena:

Dejemoslos, que entiendan en su cena.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0