A ña gual po que es ta ba muy pu jan te
en suer te le ha ca bi do a Viz ca í no
El bra vo in dio se pu so de de lan te
con pi ca que pa re ce un gran de pi no
El mo zo le en con tró lue go al ins tan te
con su lan za y aun hi zo tal ca mi no
por me dio de los pe chos de a quel pe rro
que la es pal da pa só su fi no hie rro
Su lan za sa có tal y tan ber me ja
que el hie rro pu ra san gre pa re cí a
Dos pa sos de es te pues to no se a le ja
cuan do un in dio de fa ma le se guí a
A es pe rar le el man ce bo se a pa re ja
que es in dio muy ga llar do y de va lí a
al mo zo ha a co me ti do Yan di no ca
y él mé te le su lan za por la bo ca
A ré va lo ga llar do va hi rien do
la gen te que ja más fue con quis ta da
el hie rro de su lan za va ti ñen do
en san gre con los se sos mis tu ra da
Con fuer za va A gui le ra des cu brien do
a quí y a cá y a llá de u na lan za da
al in dio de ja tal que pa re cí a
que el in dio so la tie rra se hun dí a
Añagualpo, que estaba muy pujante,
en suerte le ha cabido a Vizcaíno.
El bravo indio se puso de delante
con pica que parece un grande pino.
El mozo le encontró luego al instante
con su lanza, y aun hizo tal camino
por medio de los pechos de aquel perro,
que la espalda pasó su fino hierro.
Su lanza sacó tal y tan bermeja,
que el hierro pura sangre parecía.
Dos pasos de este puesto no se aleja,
cuando un indio de fama le seguía.
A esperarle el mancebo se apareja,
que es indio muy gallardo y de valía,
al mozo ha acometido Yandinoca,
y él métele su lanza por la boca.
Arévalo gallardo va hiriendo
la gente que jamás fue conquistada,
el hierro de su lanza va tiñendo
en sangre con los sesos misturada.
Con fuerza va Aguilera descubriendo
aquí, y acá y allá de una lanzada;
al indio deja tal, que parecía
que el indio so la tierra se hundía.
, que estaba muy pujante,
En suerte le ha cabido a :
El bravo indio se puso de delante
Con pica que parece un grande pino.
El mozo le encontró luego al instante
Con su lanza, y aun hizo tal camino
Por medio de los pechos de aquel perro,
Que la espalda pasó su fino hierro.
Su lanza sacó tal y tan bermeja,
Que el hierro pura sangre parecia:
Dos pasos de este puesto no se aleja,
Cuando un indio de fama le seguia:
A esperarle el mancebo se apareja,
Que es indio muy gallardo y de valía,
Al mozo ha acometido ,
Y él métele su lanza por la boca.
gallardo vá hiriendo
La gente que jamas fue conquistada;
El hierro de su lanza va tiñendo
En sangre con los sesos mixturada.
Con fuerza vá descubriendo
Aquí, y acá y allá de una lanzada:
Al indio deja tal, que parecia
Que el indio só la tierra se hundia.