Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

A ña gual po que es ta ba muy pu jan te

en suer te le ha ca bi do a Viz ca í no

El bra vo in dio se pu so de de lan te

con pi ca que pa re ce un gran de pi no

El mo zo le en con tró lue go al ins tan te

con su lan za y aun hi zo tal ca mi no

por me dio de los pe chos de a quel pe rro

que la es pal da pa su fi no hie rro

Su lan za sa tal y tan ber me ja

que el hie rro pu ra san gre pa re a

Dos pa sos de es te pues to no se a le ja

cuan do un in dio de fa ma le se guí a

A es pe rar le el man ce bo se a pa re ja

que es in dio muy ga llar do y de va a

al mo zo ha a co me ti do Yan di no ca

y él te le su lan za por la bo ca

A va lo ga llar do va hi rien do

la gen te que ja más fue con quis ta da

el hie rro de su lan za va ti ñen do

en san gre con los se sos mis tu ra da

Con fuer za va A gui le ra des cu brien do

a quí y a y a llá de u na lan za da

al in dio de ja tal que pa re a

que el in dio so la tie rra se hun a

Añagualpo, que estaba muy pujante,

en suerte le ha cabido a Vizcaíno.

El bravo indio se puso de delante

con pica que parece un grande pino.

El mozo le encontró luego al instante

con su lanza, y aun hizo tal camino

por medio de los pechos de aquel perro,

que la espalda pasó su fino hierro.

Su lanza sacó tal y tan bermeja,

que el hierro pura sangre parecía.

Dos pasos de este puesto no se aleja,

cuando un indio de fama le seguía.

A esperarle el mancebo se apareja,

que es indio muy gallardo y de valía,

al mozo ha acometido Yandinoca,

y él métele su lanza por la boca.

Arévalo gallardo va hiriendo

la gente que jamás fue conquistada,

el hierro de su lanza va tiñendo

en sangre con los sesos misturada.

Con fuerza va Aguilera descubriendo

aquí, y acá y allá de una lanzada;

al indio deja tal, que parecía

que el indio so la tierra se hundía.

, que estaba muy pujante,

En suerte le ha cabido a :

El bravo indio se puso de delante

Con pica que parece un grande pino.

El mozo le encontró luego al instante

Con su lanza, y aun hizo tal camino

Por medio de los pechos de aquel perro,

Que la espalda pasó su fino hierro.

Su lanza sacó tal y tan bermeja,

Que el hierro pura sangre parecia:

Dos pasos de este puesto no se aleja,

Cuando un indio de fama le seguia:

A esperarle el mancebo se apareja,

Que es indio muy gallardo y de valía,

Al mozo ha acometido ,

Y él métele su lanza por la boca.

gallardo vá hiriendo

La gente que jamas fue conquistada;

El hierro de su lanza va tiñendo

En sangre con los sesos mixturada.

Con fuerza vá descubriendo

Aquí, y acá y allá de una lanzada:

Al indio deja tal, que parecia

Que el indio só la tierra se hundia.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0