Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El ca pi tán Ga ray con sus sol da dos

ca mi na a la A sump ción con mu cha pri sa

El ca pi tán Rui az bien car ga dos

los su yos de co mi da y de la pre sa

que fue ron cua tro in dios se ña la dos

y en tre e llos de Ca un hi jo a tra vie sa

a don de es el re al y en bre ve a lle ga

y la co mi da y pre sa to da en tre ga

La na ve viz ca í na se me a que ja

que de e lla no me a cuer do es plan ta da

a llá en un a re nal a do la de ja

Juan Or tiz de gen te mal po bla da

Pa ce me que que da co mo o ve ja

a lo bos des ham bri dos en tre ga da

de cuan do en cuan do van a vi si tar la

mas la gen te se te me de guar dar la

Y no quie ro cul par les pues que tie ne

cual quie ra a do es ta mos so bre sal to

pen san do ca da cual que le con vie ne

ro gar a nues tro Dios que de lo al to

en e su so co rro que si vie ne

a dar el e ne mi go al gún a sal to

sin du da pe re ce mos por que va na

la guar da es sin la guar da so be ra na

El capitán Garay con sus soldados

camina a la Asumpción con mucha prisa.

El capitán Rui Díaz (bien cargados

los suyos de comida y de la presa,

que fueron cuatro indios señalados,

y entre ellos de Cayú un hijo) atraviesa

a donde está el real, y en breve allega,

y la comida y presa toda entrega.

La nave vizcaína se me aqueja

que de ella no me acuerdo; está plantada

allá en un arenal, a do la deja

Juan Ortiz de gente mal poblada.

Paréceme que queda como oveja

a lobos deshambridos entregada;

de cuando en cuando van a visitarla,

mas la gente se teme de guardarla.

Y no quiero culparles, pues que tiene

cualquiera, acá do estamos, sobresalto,

pensando cada cual que le conviene

rogar a nuestro Dios que de lo alto

envíe su socorro, que si viene

a dar el enemigo algún asalto,

sin duda perecemos, porque vana

la guarda es sin la guarda soberana.

El capitan con sus soldados

Camina a la Asumpcion con mucha priesa;

El capitan , (bien cargados

Los suyos de comida y de la presa,

Que fueron cuatro indios señalados,

Y entre ellos de un hijo), atraviesa

A donde esta el real, y en breve allega,

Y la comida y presa toda entrega.

La nave vizcayna se me aqueja,

Que de ella no me acuerdo: esta plantada

Allá en un arenal, a do la deja

, de gente mal poblada.

Pareceme que queda como oveja

A lobos desambridos entregada:

De cuando en cuando van a visitarla,

Mas la gente se teme de guardarla.

Y no quiero culparles, pues que tiene

Cualquiera, acá dó estamos, sobresalto,

Pensando cada cual que le conviene

Rogar a nuestro Dios, que de lo alto

Envie su socorro: que si viene

A dar el enemigo algun asalto,

Sin duda perecemos, porque vana

La guarda es sin la guarda soberana.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0