En tre los su yos hi zo lla ma mien to
y des que a to dos jun tos los te ní a
les hi zo un con cer ta do par la men to
di cién do les el fin que pre ten dí a
A ques ta tie rra di ce es nues tro a sien to
a na die de de re cho o tro ve ní a
Por tan to el nues tro pro pio de fen da mos
y la vi da por él to dos pon ga mos
Yo he pues to di li gen cia en mis a güe ros
y ha llo buen pre sa gio en cuan to ve o
y es pe ro que sal drán bien ver da de ros
cor ta dos a me di da del de se o
Y ve ros tan va lien tes y gue rre ros
cual sé lo sois y siem pre yo lo ve o
me po ne nue vas fuer zas y me a ni ma
a con quis tar los Char cas Cuz co y Li ma
No ti cia ten go ya de có mo vie ne
el so ber bio cris tia no ma no ar ma da
En las hor cas de Cha ves se de tie ne
don Die go con su gen te le van ta da
De to dos el res guar do nos con vie ne
y guar dar nues tra tie rra li ber ta da
que si cual quie ra de e llos nos ven cie re
de no so tros ha rá lo que qui sie re
Entre los suyos hizo llamamiento,
y desque a todos juntos los tenía,
les hizo un concertado parlamento,
diciéndoles el fin que pretendía.
"Aquesta tierra", dice, "es nuestro asiento,
a nadie de derecho otro venía.
Por tanto el nuestro propio defendamos
y la vida por él todos pongamos."
"Yo he puesto diligencia en mis agüeros,
y hallo buen presagio en cuanto veo,
y espero que saldrán bien verdaderos,
cortados a medida del deseo.
Y veros tan valientes y guerreros
cual sé lo sois, y siempre yo lo veo,
me pone nuevas fuerzas y me anima
a conquistar los Charcas, Cuzco y Lima."
"Noticia tengo ya de cómo viene
el soberbio cristiano, mano armada.
En las horcas de Chaves se detiene
don Diego con su gente levantada.
De todos el resguardo nos conviene
y guardar nuestra tierra libertada,
que si cualquiera de ellos nos venciere,
de nosotros hará lo que quisiere".
Entre los suyos hizo llamamiento,
Y désque a todos juntos los tenia,
Les hizo un concertado parlamento,
Diciéndoles el fin que pretendia.
Aquesta tierra, dice, es nuestro asiento,
A nadie de derecho otro venia;
Por tanto el nuestro propio defendamos,
Y la vida por él todos pongamos.
Yo he puesto diligencia en mis agueros
Y hallo buen presagio en cuanto veo,
Y espero que saldrán bien verdaderos,
Cortados a medida del deseo:
Y veros tan valientes y guerreros,
Cual sé lo sois, y siempre yo lo veo,
Me pone nuevas fuerzas y me anima
A conquistar los Charcas, Cuzco y Lima.
Noticia tengo ya de como viene
El soberbio cristiano, mano armada:
En las horcas de se detiene
con su gente levantada,
De todos el resguardo nos conviene,
Y guardar nuestra tierra libertada;
Que si cualquiera de ellos nos venciere,
De nosotros hará lo que quisiere.