Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El Ca bil do en viar pro cu ra lue go

a don Ga briel la nue va de es te he cho

Sal ga do sa le ya sin gran de rue go

mas no sin gran do blez de i ni cuo pe cho

De San ta Cruz sa lien do co mo fue go

a las hor cas de Cha ves va de re cho

vein te man ce bos lle va ar ca bu ce ros

y más cin cuen ta in fan tes muy gue rre ros

Don Die go del ne go cio ya a rre pi so

pen san do de vol ver el jue go en ma ña

a Sal ga do le ha da do por a vi so

que ma te a don Ga briel con su com pa ña

El in dio Chi ri gua na nun ca qui so

ve nir en el con cier to y la ma ra ña

que si el in dio en el con cier to con sin tie ra

don Ga briel con su gen te pe re cie ra

El he cho de es ta suer te se guia ba

que lle ga do Sal ga do con su gen te

a don de don Ga briel y el cam po es ta ba

se a re ci bi do a le gre men te

por el so co rro y nue vas que lle va ba

Y que des pués un a de re pen te

mar chan do con los su yos el Sal ga do

re vuel va so bre el cam po des cui da do

El Cabildo enviar procura luego

a don Gabriel la nueva de este hecho.

Salgado sale ya sin grande ruego,

mas no sin gran doblez de inicuo pecho.

De Santa Cruz, saliendo como fuego,

a las horcas de Chaves va derecho;

veinte mancebos lleva arcabuceros,

y más cincuenta infantes muy guerreros.

Don Diego del negocio ya arrepiso,

pensando de volver el juego en maña,

a Salgado le ha dado por aviso

que mate a don Gabriel con su compaña.

El indio Chiriguana nunca quiso

venir en el concierto y la maraña,

que si el indio en el concierto consintiera,

don Gabriel con su gente pereciera.

El hecho de esta suerte se guiaba,

que llegado Salgado con su gente

a donde don Gabriel y el campo estaba,

sería recibido alegremente

por el socorro y nuevas que llevaba.

Y que después, un día de repente

marchando con los suyos el Salgado,

revuelva sobre el campo descuidado.

El Cabildo enviar procura luego

A la nueva de este hecho:

sale ya sin grande ruego,

Mas no sin gran doblez de inicuo pecho.

De Santa Cruz, saliendo como fuego,

A las horcas de vá derecho;

Veinte mancebos lleva arcabuceros,

Y mas cincuenta infantes muy guerreros.

del negocio ya arrepiso,

Pensando de volver el juego en maña,

A le ha dado por aviso,

Que mate a con su compaña.

El indio nunca quiso

Venir en el concierto y la maraña;

Que si el indio en el concierto consintiera,

con su gente pereciera.

El hecho de esta suerte se guiaba,

Que llegado con su gente

A donde y el campo estaba,

Seria recibido alegremente,

Por el socorro y nuevas que llevaba:

Y que despues, un dia de repente

Marchando con los suyos el

Revuelta sobre el campo descuidado.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0