A las ca sas re a les fue lle va do
a do es tá la Re al Ha cien da y pla ta
A llí lo tie nen pre so y a re ca do
en tan to que su cau sa se ve y tra ta
No es tu vo mu chos dí as que a ca ba do
en bre ve su ne go cio no di la ta
don Fran cis co el cas ti go que que rí a
ha cer se gún en tien de con ve ní a
La vi lla Po to sí al bo ro ta da
ve réis an dar la gen te do lo ro sa
Sa bien do la sen ten cia es ta ba da da
y que la e je cu ción e ra for zo sa
de cí an Ha de ser e je cu ta da
la sen ten cia de muer te ri gu ro sa
Al gu nos se me tie ron de por me dio
mas nun ca pu do dar se al gún re me dio
Al fin pues en la pla za fa bri ca ron
un fa mo so ca dal so muy de pres to
y al po bre de don Die go le sa ca ron
su bi do en u na mu la muy de pres to
Al ta bla do lle gan do ce le bra ron
su muer te con do lor y lu to pues to
sin tien do pe na de e llo y gran man ci lla
los ga la nes y da mas de la vi lla
A las casas reales fue llevado
a do está la Real Hacienda y plata.
Allí lo tienen preso y a recado,
en tanto que su causa se ve y trata.
No estuvo muchos días, que acabado
en breve su negocio, no dilata
don Francisco el castigo que quería
hacer, según entiende convenía.
La villa Potosí alborotada
veréis andar la gente dolorosa.
Sabiendo la sentencia estaba dada
y que la ejecución era forzosa,
decían: "¡Ha de ser ejecutada
la sentencia de muerte rigurosa!".
Algunos se metieron de por medio,
mas nunca pudo darse algún remedio.
Al fin, pues, en la plaza fabricaron
un famoso cadalso muy de presto,
y al pobre de don Diego le sacaron
subido en una mula muy de presto.
Al tablado llegando, celebraron
su muerte, con dolor y luto puesto,
sintiendo pena de ello y gran mancilla
los galanes y damas de la villa.
A las casas reales fue llevado,
A do esta la Real Hacienda, y plata;
Alli lo tienen preso, y a recado,
En tanto que su causa se vé y trata.
No estuvo muchos dias, que acabado
En breve su negocio, no dilata
el castigo que queria
Hacer, segun entiende convenia.
La villa Potosí alborotada
Vereis andar la gente dolorosa;
Sabido la sentencia estaba dada,
Y que la ejecucion era forzosa,
Decian ¡Ha de ser ejecutada
La sentencia de muerte rigurosa!
Algunos se metieron de por medio,
Mas nunca pudo darse algun remedio.
Al fin, pues, en la plaza fabricaron
Un famoso cadalso muy de presto,
Y al pobre de le sacaron
Subido en una mula muy de presto.
Al tablado llegando, celebraron
Su muerte, con dolor y luto puesto;
Sintiendo pena de ello y gran mancilla
Los galanes y damas de la Villa.