Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Ju lio So li no cuen ta u na cos tum bre

de a que llos hi per re os tan nom bra dos

em pe ro és tos ca re cen de la lum bre

de Fe a qués tos di ce que can sa dos

de vi vir y te nien do pe sa dum bre

de ver tar dar la muer te muy un ta dos

con cier ta un ción ha bien do bien co mi do

pe can do a se dan fin do lo ri do

En To ma ha vi vi de u na ex tra ñe za

que es dig na de con tar se de ca mi no

en un pan ta no gran de de lla ne za

de tie rra es tem plan do de con ti no

a do lle gan do pe rros sin pe re za

bai lan do co mo re cio tor be lli no

se a rro jan en la fuen te do se cue cen

y vi vos con su bai le a llí pe re cen

Pa re ce que el mo rir les da con ten to

y a mues tran que rer a que lla muer te

y ve mos fre cuen tar se a quel a sien to

de pe rros y mo rir de a que lla suer te

Yo vi de a ques to pro pio que a quí cuen to

que por juz gar el ca so yo por fuer te

a ver lo fui y los pe rros que a llá fue ron

bai lan do vi en la fuen te pe re cie ron

Julio Solino cuenta una costumbre

de aquellos hiperbóreos tan nombrados,

empero éstos carecen de la lumbre

de Fe; aquéstos, dice, que cansados

de vivir, y teniendo pesadumbre

de ver tardar la muerte, muy untados

con cierta unción, habiendo bien comido,

pecando así, se dan fin dolorido.

En Tomahavi vide una extrañeza

que es digna de contarse de camino:

en un pantano grande de llaneza

de tierra, está templando de contino,

a do llegando perros, sin pereza

bailando como recio torbellino,

se arrojan en la fuente do se cuecen,

y vivos con su baile allí perecen.

Parece que el morir les da contento,

y así muestran querer aquella muerte,

y vemos frecuentarse aquel asiento

de perros, y morir de aquella suerte.

Yo vide aquesto propio que aquí cuento,

que por juzgar el caso yo por fuerte,

a verlo fui, y los perros que allá fueron,

bailando vi en la fuente perecieron.

Julio Solino cuenta una costumbre

De aquellos hiperbóreos tan nombrados;

Empero estos carecen de la lumbre

De Fé: aquestos, dice, que cansados

De vivir, y teniendo pesadumbre

De ver tardar la muerte, muy untados

Con cierta uncion, habiendo bien comido,

Pecando así, se dan fin dolorido.

En Tomahavi vide una estrañeza,

Que es digna de contarse de camino:

En un pantano grande de llaneza

De tierra, está temblando de contino,

A do llegando perros, sin pereza

Bailando como recio torbellino,

Se arrojan en la fuente dó se cuecen,

Y vivos con su baile alli perecen.

Parece que el morir les da contento,

Y asi muestran querer aquella muerte,

Y vemos frecuentarse aquel asiento

De perros, y morir de aquella suerte.

Yo vide aquesto propio que aqui cuento,

Que por juzgar el caso yo por fuerte,

A verlo fuí, y los perros que allá fueron

Bailando ví, en la fuente perecieron.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0