El cis ne blan co be llo di cen sue le
can tar cuan do la muer te le es ve ci na
que de jar es ta vi da no le due le
te nién do la por tris te y por ma lig na
Ra zón es pues más jus ta se con sue le
el hom bre ra cio nal que a Dios se in cli na
A quien si vi ve bien tie ne guar da da
a llá en el cie lo Dios me jor po sa da
Pues ve mos que no es cier ta y du ra de ra
la ciu dad que ha bi ta mos sin fir me za
bus que mos la que es fir me y ver da de ra
que du re pa ra siem pre en gran al te za
La muer te vie ne a prie sa muy li ge ra
no es jus to es pan te al bue no su fie re za
Te mer la es na tu ral mas se a de suer te
la vi da que no pe se de la muer te
Sa bí a bien la vi da que ha bí a he cho
el va so de e lec ción y de se o so
de ver a Je su cris to sa tis fe cho
que mu rien do te ní a gran re po so
pe dí a con ins tan cia ser de se cho
y di suel to del cuer po tra ba jo so
cre yen do go za rí a en gau dio e ter no
a Cris to su mo bien con fin su per no
El cisne, blanco, bello, dicen suele
cantar cuando la muerte le es vecina,
que dejar esta vida no le duele,
teniéndola por triste y por maligna.
Razón es, pues, más justa se consuele
el hombre racional, que a Dios se inclina.
A quien, si vive bien, tiene guardada
allá en el cielo Dios mejor posada.
Pues vemos que no es cierta y duradera
la ciudad que habitamos sin firmeza,
busquemos la que es firme y verdadera,
que dure para siempre en gran alteza.
La muerte viene a priesa muy ligera,
no es justo espante al bueno su fiereza.
Temerla es natural, mas sea de suerte
la vida, que no pese de la muerte.
Sabía bien la vida que había hecho
el vaso de elección, y deseoso
de ver a Jesucristo satisfecho,
que muriendo tenía gran reposo,
pedía con instancia ser desecho
y disuelto del cuerpo trabajoso,
creyendo gozaría en gaudio eterno
a Cristo, sumo bien, con fin superno.
El cisne, blanco, bello, dicen; suele
Cantar cuando la muerte le es vecina,
Que dejar esta vida no le duele,
Teniéndola por triste y por maligna.
Razon es, pues, mas justa se consuele
El hombre racional, que a Dios se inclina,
A quien, si vive bien, tiene guardada
Alla en el cielo Dios mejor posada.
Pues vemos que no es cierta y duradera
La ciudad que habitamos sin firmeza,
Busquemos la que es firme y verdadera,
Que dure para siempre en gran alteza.
La muerte viene a priesa muy ligera,
No es justo espante al bueno su fiereza.
Temerla es natural, mas sea de suerte
La vida, que no pese de la muerte.
Sabia bien la vida que habia hecho
El vaso de eleccion, y deseoso
De ver a Jesu-Cristo satisfecho,
Que muriendo tenia gran reposo:
Pedia con instancia ser desecho,
Y disuelto del cuerpo trabajoso,
Creyendo gozaria en guadio eterno
A Cristo, sumo bien, con fin superno.