Pe ro a quel que no sa be ni es tá cier to
mas an tes con ra zón muy te me ro so
lo que ha de ser de sí des pués de muer to
con la vi da se ha lla muy go zo so
A sí lo ex pe ri men ta quien con cier to
no tie ne en su vi vien da el vir tuo so
no hu ye de la muer te cuan do en tien de
que en e lla ha lla rá lo que pre ten de
Pre gun ten a los már ti res glo rio sos
de los fal sos ti ra nos a fli gi dos
se i ban a la muer te muy go zo sos
en ver se por Je sús ser per se gui dos
No es ta ban de su pre mio re ce lo sos
mas con fir me es pe ran za guar ne ci dos
cre í an les es ta ba a pa re ja da
la co ro na de glo ria con su ma da
És ta hi zo al pas tor aun que pri me ro
por di vi no se cre to fue li bra do
de la cár cel que es té co mo cor de ro
hu mil de a a quel ne ró ni co man da do
La mis ma a su que ri do com pa ñe ro
le con vi da a que se a de go lla do
y co mo a cá en su vi da e llos se a ma ron
en la muer te tam po co se a par ta ron
Pero, aquel que no sabe ni está cierto,
mas antes con razón muy temeroso
lo que ha de ser de sí después de muerto,
con la vida se halla muy gozoso.
Así lo experimenta quien concierto
no tiene en su vivienda; el virtuoso
no huye de la muerte, cuando entiende
que en ella hallará lo que pretende.
Pregunten a los mártires gloriosos
de los falsos tiranos afligidos,
se iban a la muerte muy gozosos
en verse por Jesús ser perseguidos.
No estaban de su premio recelosos,
mas con firme esperanza guarnecidos
creían les estaba aparejada
la corona de gloria consumada.
Ésta hizo al pastor, aunque primero
por divino secreto fue librado
de la cárcel, que esté como cordero
humilde a aquel nerónico mandado.
La misma a su querido compañero
le convida a que sea degollado,
y como acá en su vida ellos se amaron,
en la muerte tampoco se apartaron.
Pero, aquel que no sabe ni está cierto,
Mas antes con razon muy temeroso
Lo que ha de ser de si despues de muerto,
Con la vida se halla muy gozoso.
Así lo experimenta quien concierto
No tiene en su vivienda: el virtuoso
No huye de la muerte, cuando entiende
Que en ella hallara lo que pretende.
Pregunten a los Martires gloriosos
De los falsos tiranos afligidos,
Si iban a la muerte muy gozosos
En verse por Jesus ser perseguidos.
No estaban de su prémio recelosos,
Mas con firme esperanza guarnecidos,
Creian les estaba aparejada
La corona de gloria consumada.
Esta hizo al pastor, aunque primero
Por divino secreto fué librado
De la carcel, que esté como cordero
Humilde a aquel nerónico mandado:
La misma a su querido compañero
Le convida a que sea degollado;
Y como acá en su vida ellos se amaron
En la muerte tampoco se apartaron.