Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Oh cuán tas ve ces di jo un te so re ro

Her nan do de Mon tal vo se de a

si Dios lle va se a ques te vo cin gle ro

el mi se ra ble pue blo que da a

a le gre muy con ten to y pla cen te ro

y lue go nues tro mal se a ca ba a

Mas sue len du rar mu cho a ques tos ta les

pa ra en mien da y cas ti go de mor ta les

Con es ta fal ta es tan do de co mi da

lle del Pa ra guay so co rro y gen te

que ha bien do a llá lle ga do de co rri da

Ga ray la des pa chó muy pres ta men te

Ce le bro se con go zo tal ve ni da

por que e ra ne ce sa ria de pre sen te

que a tal pun to lle nues tra mi se ria

que vi de a un re li gio so en tal la ce ria

Al bos que yen do un a des ga na do

muy fal to de con sue lo y de a le grí a

en con tré con un frai le muy hon ra do

fray A lon so La To rre se de a

De le tras y vir tud e ra do ta do

a su pa dre se fi co ser a

Pre gun tán do le yo qué es táis ha cien do

al pun to és te me di ce res pon dien do

¡Oh!, cuántas veces, dijo un tesorero

(Hernando de Montalvo se decía),

si Dios llevase aqueste vocinglero,

el miserable pueblo quedaría

alegre, muy contento y placentero,

y luego nuestro mal se acabaría.

Mas suelen durar mucho aquestos tales,

para enmienda y castigo de mortales.

Con esta falta estando de comida,

llegó del Paraguay socorro y gente,

que, habiendo allá llegado de corrida,

Garay la despachó muy prestamente.

Celebrose con gozo tal venida,

porque era necesaria de presente,

que a tal punto llegó nuestra miseria

que vide a un religioso en tal laceria.

Al bosque yendo un día desganado,

muy falto de consuelo y de alegría,

encontré con un fraile muy honrado,

fray Alonso La-Torre se decía.

De letras y virtud era dotado,

a su padre seráfico servía.

Preguntándole yo ¿qué estáis haciendo?,

al punto éste me dice respondiendo.

¡Oh! cuantas veces, dijo un tesorero,

( se decia)

Si Dios llevase aqueste vocinglero,

El miserable pueblo quedaria

Alegre, muy contento y placentero,

Y luego nuestro mal se acabaria:

Mas suelen durar mucho aquestos tales,

Para enmienda y castigo de mortales.

Con esta falta estando de comida,

Llegó del Paraguay socorro y gente,

Que habiendo allá llegado de corrida.

, la despacho muy prestamente.

Celebrose con gozo tal venida,

Porque era necesaria de presente,

Que a tal punto llego nuestra miseria,

Que vide a un religioso en tal laceria.

Al bosque yendo un dia desganado,

Muy falto de consuelo y de alegria,

Encontré con un fraile muy honrado,

Fray Alonso La-Torre se decia.

De letras y virtud era dotado,

A su Padre Seráfico servia:

Preguntándole yo ¿Qué estais haciendo?

Al punto este me dice respondiendo.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0