Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El so co rro que di go pues ve ni do

a le gre nues tro e jér ci to ham brien to

y en go zo y en pla cer es con ver ti do

el pa sa do do lor y gran la men to

Mas nues tro Ya man ya a rre pen ti do

de es tar se con no so tros tan de a sien to

en u na te ne bro sa no che y prie ta

sin na die lo sen tir hu yen do a prie ta

No se tie ne es pe ran za que pa rez ca

ni que vuel va a no so tros de su gra do

si no es pa ra cau sar al gu na gres ca

con for me a las de más que él ha for ja do

Ro gue mos pues a Dios que no se o frez ca

en que él ha ga su o fi cio tan u sa do

por que él en ha cer mal es tan dies tro

que pue de en el in fier no ser ma es tro

Gran prie sa Juan Or tiz pa ra par tir se

en es te tiem po tie ne el o a rri ba

mas no po drá a quí Tre jo es ca bu llir se

pues ma te ria nos da que de él se es cri ba

Por cier to que el que no sa be me dir se

en su len gua no sien te en qué se es tri ba

Ha blar muy mu chas ve ces ha pa sa do

a mu chos mas ca llar nun ca ha da ña do

El socorro que digo, pues, venido

alegre nuestro ejército hambriento,

y en gozo y en placer es convertido

el pasado dolor y gran lamento.

Mas nuestro Yamandú ya arrepentido

de estarse con nosotros tan de asiento,

en una tenebrosa noche y prieta,

sin nadie lo sentir, huyendo aprieta.

No se tiene esperanza que parezca,

ni que vuelva a nosotros de su grado,

si no es para causar alguna gresca

conforme a las demás que él ha forjado.

Roguemos, pues, a Dios que no se ofrezca

en que él haga su oficio tan usado,

porque él en hacer mal está tan diestro

que puede en el infierno ser maestro.

Gran priesa Juan Ortiz para partirse

en este tiempo tiene el río arriba;

mas no podrá aquí Trejo escabullirse,

pues materia nos da que de él se escriba.

Por cierto que el que no sabe medirse

en su lengua, no siente en qué se estriba.

Hablar, muy muchas veces ha pasado

a muchos; mas callar nunca ha dañado.

El socorro que digo, pues, venido

Alegra nuestro ejército hambriento,

Y en gozo y en placer es convertido,

El pasado dolor y gran lamento:

Mas nuestro ya arrepentido,

De estarse con nosotros tan de asiento,

En una tenebrosa noche y prieta,

Sin nadie lo sentir, huyendo aprieta.

No se tiene esperanza que parezca,

Ni que vuelva a nosotros de su grado,

Sino es para causar alguna gresca

Conforme a las demas que él ha forjado.

Roguemos, pues, a Dios que no se ofresca

En que el haga su oficio tan usado,

Porque él en hacer mal esta tan diestro,

Que puede en el infierno ser maestro.

Gran priesa para partirse

En este tiempo tiene, el rio arriba;

Mas no podra aquí escabullirse,

Pues materia nos dá que de él se escriba.

Por cierto que él que no sabe medirse

En su lengua, no siente en que se estriba:

Hablar, muy muchas veces ha pesado

A muchos; mas callar nunca ha dañado.

Volver al Índice

Mantenido por hdlabconicet

2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0