En el Pe rú sa be mos que a con te ce
per der por el ha blar mu chos la vi da
y el que a ha blar se a tre ve mal pa de ce
y es ca pa quien o bró y me re ci da
la muer te bien te ní a que se o fre ce
a ve ces tro pe zón en la co rri da
Gran co sa es el se cre to y de gran pre cio
pues ve mos no le tie ne el hom bre ne cio
A Tre jo Juan Or tiz bien res pe ta ba
y por vi ca rio pues to le te ní a
en tan to que de a rri ba se en via ba
el re ca do que en es to con ve ní a
Es cier to que yo lo vi le re ga la ba
con ser la fal ta gran de en de ma sí a
al Tre jo no fal tó ja más co mi da
mas él suel ta su len gua des me di da
En pú bli co es tá un dí a en tre sol da dos
ha blan do de las co sas que ha cí a
el Juan Or tiz tra tó des com pa sa dos
ne go cios es te Tre jo en de ma sí a
de suer te que ya tu vo a mo ti na dos
a mu chos con las co sas que de cí a
En tre e llas di ce A qués te es mal cris tia no
con vie ne muy en bre ve e char le ma no
En el Perú sabemos que acontece
perder por el hablar muchos la vida,
y el que a hablar se atreve, mal padece;
y escapa quien obró, y merecida
la muerte bien tenía, que se ofrece
a veces tropezón en la corrida.
Gran cosa es el secreto y de gran precio,
pues vemos no le tiene el hombre necio.
A Trejo, Juan Ortiz bien respetaba,
y por vicario puesto le tenía,
en tanto que de arriba se enviaba
el recado que en esto convenía.
Es cierto (que yo lo vi) le regalaba,
con ser la falta grande en demasía,
al Trejo no faltó jamás comida,
mas él suelta su lengua desmedida.
En público está un día entre soldados
hablando de las cosas que hacía
el Juan Ortiz; trató descompasados
negocios este Trejo en demasía,
de suerte que ya tuvo amotinados
a muchos con las cosas que decía.
Entre ellas, dice: "Aquéste es mal cristiano,
conviene muy en breve echarle mano."
En el Perú sabemos que acontece
Perder por el hablar muchos la vida,
Y él que a hablar se atreve, mal padece;
Y escapa quien obro, y merecida
La muerte bien tenia, que se ofrece
A veces tropezon en la corrida.
Gran cosa es el secreto y de gran precio,
Pues vemos no le tiene el hombre necio.
A , bien respetaba,
Y por vicario puesto le tenia,
En tanto que de arriba se enviaba
El recado que en esto convenia:
Es cierto (que yo lo vi) le regalaba,
Con ser la falta grande en demasia,
Al no faltó jamas comida,
Mas él suelta su lengua desmedida.
En público esta un dia entre soldados
Hablando de las cosas que hacia
El : trató descompasados
Negocios este en demasia;
De suerte que ya tuvo amotinados
A muchas con las cosas que decia:
Entre ellas, dice, aqueste es mal cristiano,
Conviene muy en breve echarle mano.