Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

La na o viz ca í na que plan ta da

de ja mos en la tie rra a su a ven tu ra

ha bien do si do de in dios vi si ta da

con fue go la con su men su he chu ra

Mi rad si fue la co sa bien pen sa da

en no de jar en e lla cria tu ra

que a llí fue ra del fue go con su mi da

sin po der es ca par li bre la vi da

El Juan Or tiz a rri ba con pres te za

su o fi cio de jus ti cia go ber na ba

con gran so li ci tud y sin pe re za

qui me ras nun ca o í das in ven ta ba

A quel ha ber se vis to en gran ri que za

y ver se de e lla a je no le ce ga ba

su ra zón de ma ne ra que tro pie za

por es to e hie re siem pre de ca be za

No quie re su je tar se a o tro con se jo

el su yo di ce que es el más se gu ro

Un a le ha llé con so bre ce jo

pre gún to le qué ha ce Di ce Ju ro

por Dios que si me vie se en a pa re jo

y a pun to de per der me y un ma du ro

me die se al gún con se jo más que rrí a

per der me que ha cer lo que él de a

La nao vizcaína, que plantada

dejamos en la tierra a su aventura,

habiendo sido de indios visitada,

con fuego la consumen su hechura.

Mirad si fue la cosa bien pensada

en no dejar en ella criatura,

que allí fuera del fuego consumida

sin poder escapar libre la vida.

El Juan Ortiz arriba con presteza,

su oficio de justicia gobernaba

con gran solicitud, y sin pereza

quimeras nunca oídas inventaba.

Aquel haberse visto en gran riqueza,

y verse de ella ajeno, le cegaba

su razón, de manera que tropieza

por esto, e hiere siempre de cabeza.

No quiere sujetarse a otro consejo,

el suyo dice que es el más seguro.

Un día le hallé con sobrecejo,

pregúntole ¿qué hace? Dice: "Juro

por Dios, que si me viese en aparejo,

y a punto de perderme, y un maduro

me diese algún consejo, más querría

perderme, que hacer lo que él decía".

La nao vizcayna, que plantada

Dejamos en la tierra a su aventura,

Habiendo sido de indios visitada,

Con fuego la consumen su hechura.

Mirad si fué la cosa bien pensada,

En no dejar en ella criatura,

Que alli fuera del fuego consumida,

Sin poder escapar libre la vida.

El arriba con presteza

Su oficio de justicia gobernaba,

Con gran solicitud, y sin pereza,

Quimeras nunca oidas inventaba.

Aquel haberse visto en gran riqueza,

Y verse de ella ageno, le cegaba

Su razon de manera, que tropieza

Por esto, é hiere siempre de cabeza.

No quiere sujetarse a otro consejo;

El suyo, dice, que es el mas seguro.

Un dia le hallé con sobrecejo,

Pregúntole, qué hace? Dice, juro

Por Dios, que si me viese en aparejo,

Y a punto de perderme, y un maduro

Me diese algun consejo, mas querria

Perderme, que hacer lo que él decia.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0