Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Ha a Pe der ne ra un hom bre vie jo

ro do le la to me que se a

re me dio sa lu da ble y a pa re jo

pa ra sa nar del mal que pa de a

Pues quie re a pro ve char se del con se jo

al pun to que su vi da fe ne a

quien de con se jo en vi da no cu ra ba

se gún él po co an tes bla so na ba

De en su tes ta men to de cla ra do

que se a su le ti mo he re de ro

la hi ja que en los Char cas ha de ja do

y a quel que fue re es po so y com pa ñe ro

su ce da en el go bier no y el es ta do

se gún co mo lo tu vo él de pri me ro

Y man de y ri ja en tan to que e lla vie ne

su so bri no Men die ta que a llí tie ne

El ca bil do y ciu dad le han re ci bi do

co mien zan a lla mar le Se ño a

es mo zo que vein te a ños no ha cum pli do

y en se so ma yor fal ta pa de a

Des que se ve en su tro no ya su bi do

a to dos ha ce a gra vio y de ma a

al o yo le o í pro nos ti car lo

y har to du ro es tu vo de nom brar lo

Había Pedernera, un hombre viejo,

rogádole la tome, que sería

remedio saludable y aparejo

para sanar del mal que padecía.

Pues quiere aprovecharse del consejo

al punto que su vida fenecía,

quien de consejo en vida no curaba,

según él poco antes blasonaba.

Dejó en su testamento declarado

que sea su legítimo heredero

la hija que en los Charcas ha dejado,

y aquel que fuere esposo y compañero

suceda en el gobierno y el estado,

según como lo tuvo él de primero.

Y mande y rija, en tanto que ella viene,

su sobrino Mendieta que allí tiene.

El cabildo y ciudad le han recibido,

comienzan a llamarle Señoría;

es mozo que veinte años no ha cumplido

y en seso mayor falta padecía.

Desque se ve en su trono ya subido,

a todos hace agravio y demasía;

al tío yo le oí pronosticarlo,

y harto duro estuvo de nombrarlo.

Habia Pedernera, un hombre viejo

Rogádole la tome, que seria

Remedio saludable y aparejo

Para sanar del mal que padecia.

Pues quiere aprovecharse del consejo

Al punto que su vida fenecia,

Quien de consejo en vida no curaba,

Segun él poco antes blasonaba.

Dejó en su testamento declarado,

Que sea su legítimo heredero

La hija que en los Charcas ha dejado,

Y aquel que fuere esposo y compañero

Suceda en el gobierno y el estado,

Segun como lo tuvo él de primero:

Y mande y rija, en tanto que ella viene,

Su sobrino que allí tiene.

El cabildo y ciudad le han recibido,

Comienzan a llamarle _Señoria_;

Es mozo que veinte años no ha cumplido

Y en seso mayor falta padecia.

Désque se vé en su trono ya subido

A todos hace agravio y demasia:

Al tio yo le oí pronosticarlo,

Y harto duro estuvo de nombrarlo.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0