Ha bí a Pe der ne ra un hom bre vie jo
ro gá do le la to me que se rí a
re me dio sa lu da ble y a pa re jo
pa ra sa nar del mal que pa de cí a
Pues quie re a pro ve char se del con se jo
al pun to que su vi da fe ne cí a
quien de con se jo en vi da no cu ra ba
se gún él po co an tes bla so na ba
De jó en su tes ta men to de cla ra do
que se a su le gí ti mo he re de ro
la hi ja que en los Char cas ha de ja do
y a quel que fue re es po so y com pa ñe ro
su ce da en el go bier no y el es ta do
se gún co mo lo tu vo él de pri me ro
Y man de y ri ja en tan to que e lla vie ne
su so bri no Men die ta que a llí tie ne
El ca bil do y ciu dad le han re ci bi do
co mien zan a lla mar le Se ño rí a
es mo zo que vein te a ños no ha cum pli do
y en se so ma yor fal ta pa de cí a
Des que se ve en su tro no ya su bi do
a to dos ha ce a gra vio y de ma sí a
al tí o yo le o í pro nos ti car lo
y har to du ro es tu vo de nom brar lo
Había Pedernera, un hombre viejo,
rogádole la tome, que sería
remedio saludable y aparejo
para sanar del mal que padecía.
Pues quiere aprovecharse del consejo
al punto que su vida fenecía,
quien de consejo en vida no curaba,
según él poco antes blasonaba.
Dejó en su testamento declarado
que sea su legítimo heredero
la hija que en los Charcas ha dejado,
y aquel que fuere esposo y compañero
suceda en el gobierno y el estado,
según como lo tuvo él de primero.
Y mande y rija, en tanto que ella viene,
su sobrino Mendieta que allí tiene.
El cabildo y ciudad le han recibido,
comienzan a llamarle Señoría;
es mozo que veinte años no ha cumplido
y en seso mayor falta padecía.
Desque se ve en su trono ya subido,
a todos hace agravio y demasía;
al tío yo le oí pronosticarlo,
y harto duro estuvo de nombrarlo.
Habia Pedernera, un hombre viejo
Rogádole la tome, que seria
Remedio saludable y aparejo
Para sanar del mal que padecia.
Pues quiere aprovecharse del consejo
Al punto que su vida fenecia,
Quien de consejo en vida no curaba,
Segun él poco antes blasonaba.
Dejó en su testamento declarado,
Que sea su legítimo heredero
La hija que en los Charcas ha dejado,
Y aquel que fuere esposo y compañero
Suceda en el gobierno y el estado,
Segun como lo tuvo él de primero:
Y mande y rija, en tanto que ella viene,
Su sobrino que allí tiene.
El cabildo y ciudad le han recibido,
Comienzan a llamarle _Señoria_;
Es mozo que veinte años no ha cumplido
Y en seso mayor falta padecia.
Désque se vé en su trono ya subido
A todos hace agravio y demasia:
Al tio yo le oí pronosticarlo,
Y harto duro estuvo de nombrarlo.