Co mien za pues Men die ta de ce gar se
ven ci do de ce li llos y lo cu ra
de ma los pro cu ran do a com pa ñar se
ha llan do en e llos cor te a su he chu ra
No o sa ba de los bue nos con fiar se
por ser de di fe ren te com pos tu ra
a cua tro ca ba lle ros a pri sio na
y con mil vi tu pe rios los bal do na
En gri llos y co lle ras los po ní a
y a sí los des te rró por ma lhe cho res
y el po bre no co no ce que se ví a
que to do lo cau sa ban sus a mo res
A cum plir su des tie rro los en ví a
mas o ye Je su cris to sus cla mo res
vol vie ron del ca mi no y a sí pre sos
es tán en tan to que hay nue vos su ce sos
Vi cen cio a es ta sa zón di cen di je ra
Mal ha ce de pren der Men die ta gen tes
sin cul pa y sin ra zón Mas quien lo o ye ra
de nun cia con pa la bras di fe ren tes
Al fin vi no la co sa en tal ma ne ra
que en car ta a los que es ta ban i no cen tes
Ven ci do del tor men to y en ga ña do
por do fue lue go a muer te con de na do
Comienza, pues, Mendieta de cegarse,
vencido de celillos y locura,
de malos procurando acompañarse,
hallando en ellos corte a su hechura.
No osaba de los buenos confiarse,
por ser de diferente compostura;
a cuatro caballeros aprisiona,
y con mil vituperios los baldona.
En grillos y colleras los ponía,
y así los desterró por malhechores;
y el pobre no conoce que se vía
que todo lo causaban sus amores.
A cumplir su destierro los envía,
mas oye Jesucristo sus clamores;
volvieron del camino, y así presos
están en tanto que hay nuevos sucesos.
Vicencio a esta sazón, dicen, dijera:
"Mal hace de prender Mendieta gentes
sin culpa y sin razón". Mas quien lo oyera
denuncia con palabras diferentes.
Al fin vino la cosa en tal manera
que encarta a los que estaban inocentes.
Vencido del tormento, y engañado,
por do fue luego a muerte condenado.
Comienza, pues, de cegarse,
Vencido de zelillos y locura,
De malos procurando acompañarse,
Hallando en ellos corte a su hechura.
No osaba de los buenos confiarse,
Por ser de diferente compostura:
A cuatro caballeros aprisiona,
Y con mil vituperios los baldona.
En grillos y colleras los ponía,
Y así los desterró por malhechores:
Y el pobre no conoce que se vía
Que todo lo causaban sus amores.
A cumplir su destierro los envía,
Mas oye Jesu-Cristo sus clamores:
Volvieron del camino, y así presos
Estan en tanto que hay nuevos sucesos.
Vicencio a esta sazon, dicen, dijera:
Mal hace de prender gentes
Sin culpa, y sin razon. Mas quien lo oyera
Denuncia con palabras diferentes.
Al fin vino la cosa en tal manera
Que encarta a los que estaban inocentes.
Vencido del tormento, y engañado,
Por dó fué luego a muerte condenado.