Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Co mien za pues Men die ta de ce gar se

ven ci do de ce li llos y lo cu ra

de ma los pro cu ran do a com pa ñar se

ha llan do en e llos cor te a su he chu ra

No o sa ba de los bue nos con fiar se

por ser de di fe ren te com pos tu ra

a cua tro ca ba lle ros a pri sio na

y con mil vi tu pe rios los bal do na

En gri llos y co lle ras los po a

y a los des te rró por ma lhe cho res

y el po bre no co no ce que se a

que to do lo cau sa ban sus a mo res

A cum plir su des tie rro los en a

mas o ye Je su cris to sus cla mo res

vol vie ron del ca mi no y a pre sos

es tán en tan to que hay nue vos su ce sos

Vi cen cio a es ta sa zón di cen di je ra

Mal ha ce de pren der Men die ta gen tes

sin cul pa y sin ra zón Mas quien lo o ye ra

de nun cia con pa la bras di fe ren tes

Al fin vi no la co sa en tal ma ne ra

que en car ta a los que es ta ban i no cen tes

Ven ci do del tor men to y en ga ña do

por do fue lue go a muer te con de na do

Comienza, pues, Mendieta de cegarse,

vencido de celillos y locura,

de malos procurando acompañarse,

hallando en ellos corte a su hechura.

No osaba de los buenos confiarse,

por ser de diferente compostura;

a cuatro caballeros aprisiona,

y con mil vituperios los baldona.

En grillos y colleras los ponía,

y así los desterró por malhechores;

y el pobre no conoce que se vía

que todo lo causaban sus amores.

A cumplir su destierro los envía,

mas oye Jesucristo sus clamores;

volvieron del camino, y así presos

están en tanto que hay nuevos sucesos.

Vicencio a esta sazón, dicen, dijera:

"Mal hace de prender Mendieta gentes

sin culpa y sin razón". Mas quien lo oyera

denuncia con palabras diferentes.

Al fin vino la cosa en tal manera

que encarta a los que estaban inocentes.

Vencido del tormento, y engañado,

por do fue luego a muerte condenado.

Comienza, pues, de cegarse,

Vencido de zelillos y locura,

De malos procurando acompañarse,

Hallando en ellos corte a su hechura.

No osaba de los buenos confiarse,

Por ser de diferente compostura:

A cuatro caballeros aprisiona,

Y con mil vituperios los baldona.

En grillos y colleras los ponía,

Y así los desterró por malhechores:

Y el pobre no conoce que se vía

Que todo lo causaban sus amores.

A cumplir su destierro los envía,

Mas oye Jesu-Cristo sus clamores:

Volvieron del camino, y así presos

Estan en tanto que hay nuevos sucesos.

Vicencio a esta sazon, dicen, dijera:

Mal hace de prender gentes

Sin culpa, y sin razon. Mas quien lo oyera

Denuncia con palabras diferentes.

Al fin vino la cosa en tal manera

Que encarta a los que estaban inocentes.

Vencido del tormento, y engañado,

Por dó fué luego a muerte condenado.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0