Ya gua ta tí en un pun to em bra ve ci do
co mo to ro muy bra vo de Xa ra ma
en tre los es pa ño les se ha me ti do
y sá le le al en cuen tro Val de rra ma
y O su na de los cua les mal he ri do
los dien tes re chi nan do bu fa y bra ma
y di ce Por ma tar me sa tis fe chos
no vais y me te el dar do por su pe cho
Luis Mar tín con á ni mo lo za no
en cuen tra a May ra yú y de es to ca da
por los pe chos le hie re y da en el lla no
el in dio y al ca er que bró la es pa da
que no pu do sa car la el tru ji lla no
se gún es ta ba fi ja y en cla va da
La ma ca na del in dio tor na pres to
con que pien sa ven cer a to do el res to
Cas ti llo con su es pa da y la ro de la
a dies tro y a si nies tro va hi rien do
Cu ya pei en he rir le se des ve la
y vien do que le a cier ta va hu yen do
A sí co mo lo vi do Va len zue la
tras el in dio con fu ria fue co rrien do
el true co le dio lue go del fle cha zo
y en tie rra le ten dió de un pe lo ta zo
Yaguatatí en un punto embravecido
como toro muy bravo de Xarama,
entre los españoles se ha metido,
y sálele al encuentro Valderrama
y Osuna, de los cuales mal herido,
los dientes rechinando, bufa y brama,
y dice: "Por matarme satisfechos
no vais", y mete el dardo por su pecho.
Luis Martín, con ánimo lozano
encuentra a Mayrayú, y de estocada
por los pechos le hiere y da en el llano
el indio, y al caer quebró la espada,
que no pudo sacarla el trujillano
según estaba fija y enclavada.
La macana del indio torna presto
con que piensa vencer a todo el resto.
Castillo, con su espada y la rodela,
a diestro y a siniestro va hiriendo;
Cuyapei en herirle se desvela,
y viendo que le acierta, va huyendo.
Así como lo vido Valenzuela,
tras el indio con furia fue corriendo;
el trueco le dio luego del flechazo,
y en tierra le tendió de un pelotazo.
en un punto embravecido
Como toro muy bravo de Xarama,
Entre los españoles se ha metido,
Y sálele al encuentro ,
Y , de los cuales mal herido
Los dientes rechinando, bufa y brama,
Y dice: por matarme satisfechos
No vais; y mete el dardo por su pecho.
Luis Martin, con animo lozano
Encuentra a Mayrayú, y de estocada
Por los pechos le hiere, y dá en el llano
El indio, y al caer quebro la espada;
Que no pudo sacarla el trugillano,
Segun estaba fija y enclavada;
La macana del indio toma presto,
Con que piensa vencer a todo el resto.
Castillo, con su espada, y la rodela,
A diestro y a siniestro va hiriendo;
en herirle se desvela,
Y viendo que le acierta, vá huyendo.
Así como lo vido ,
Tras el indio con furia fue corriendo:
El trueco le dió luego del flechazo,
Y en tierra le tendió de un pelotazo.