De par te de su her ma no le de cí a
que vie ne a le ser vir ya pro ve í do
por man da do del Rey que a cá le en ví a
por su Go ber na dor Mal lo ha sen ti do
el A bre go que a Ler ma co no cí a
en có le ra los dos se han en cen di do
y mien tras al gún tiem po se gas ta ba
el Ler ma con su gen te ya lle ga ba
Sin tió co mo lle gó que an da ba es truen do
so ni do de ar ca bu ces y gran gri ta
al A bre go pren der le pre ten dien do
el Mi ra bal ve réis tan to se in ci ta
el A bre go la fuer za re sis tien do
que se me te ya en có le ra in fi ni ta
es ta ba el sin ven tu ra ya tan cie go
que po co a pro ve cha ba con el rue go
El Ler ma le pren dió y pu so pri sio nes
y a a que llos que al pre sen te le a yu da ron
que po co a pro ve cha ron las ra zo nes
que en su de fen sa al Ler ma pre sen ta ron
De a ques te tran ce bre gas y pa sio nes
al gu nas pe sa dum bres se in ven ta ron
Her nán Me sia y So te lo a pri sio na dos
a quí fue ron que di cen ser cul pa dos
De parte de su hermano le decía
que viene a le servir ya proveído
por mandado del Rey, que acá le envía
por su Gobernador. Mal lo ha sentido
el Abrego, que a Lerma conocía;
en cólera los dos se han encendido,
y mientras algún tiempo se gastaba,
el Lerma con su gente ya llegaba.
Sintió, como llegó, que andaba estruendo,
sonido de arcabuces y gran grita,
al Abrego prenderle pretendiendo,
el Mirabal veréis tanto se incita;
el Abrego la fuerza resistiendo,
que se mete ya en cólera infinita;
estaba el sin ventura ya tan ciego,
que poco aprovechaba con el ruego.
El Lerma le prendió y puso prisiones,
y a aquellos que al presente le ayudaron,
que poco aprovecharon las razones
que en su defensa al Lerma presentaron.
De aqueste trance, bregas y pasiones,
algunas pesadumbres se inventaron;
Hernán Mesia y Sotelo aprisionados
aquí fueron, que dicen ser culpados.
De parte de su hermano le decía,
Que viene a le servir ya proveido
Por mandado del Rey, que acá le envía
Por su Gobernador. Mal lo ha sentido
El , que a conocía:
En cólera los dos se han encendido,
Y mientras algun tiempo se gastaba,
El con su gente ya llegaba.
Sintió, como llegó, que andaba estruendo,
Sonido de arcabuces y gran grita,
Al prenderle pretendiendo,
El , vereis tanto se incita:
El la fuerza resistiendo,
Que se mete ya en colera infinita;
Estaba el sin ventura ya tan ciego,
Que poco aprovechaba con el ruego.
El le prendió, y puso prisiones,
Y a aquellos que al presente le ayudaron;
Que poco aprovecharon las razones,
Que en su defensa al presentaron.
De aqueste trance, bregas, y pasiones,
Algunas pesadumbres se inventaron:
y aprisionados
Aquí fueron, que dicen ser culpados.