Yo cier to que en ten dí de es ta re yer ta
de San ta Fe al gún tan to y de a quel he cho
por co sa a ve ri gua da ten go y cier ta
que hi zo Ler ma en ir gran de pro ve cho
que en ver a llá que es ta ba a llí a la puer ta
quien guar dar pro cu ra ba el fil de re cho
la ca na lla ar gen ti na re po sa ba
y el nom bre de Fi li po ce le bra ba
Ver dad es que hay tam bién o tros que jo sos
que di cen por se ver muy a fli gi dos
ne go cios de es te Ler ma es can da lo sos
Mas e ran e ne mi gos co no ci dos
y a ve ces sue le ha ber ca sos for zo sos
que o bli gan a los hom bres en ten di dos
a dar en Scy la en de o jos pro cu ran do
a Ca rib dis huir que es tá es pe ran do
Vic to ria en es to vie ne por pre la do
en ví a a su De án que ad mi nis tra se
en tan to que él en tra ba el o bis pa do
y a Ler ma le en car gó le re ga la se
Él há ce lo Cuán po co que ha du ra do
Que no qui so el De án mu cho du ra se
que cier to el Ler ma bien le re ga la ba
en su ca sa y con hon ra le tra ta ba
Yo, cierto, que entendí de esta reyerta
de Santa Fe algún tanto, y de aquel hecho
por cosa averiguada tengo y cierta
que hizo Lerma en ir grande provecho,
que en ver allá que estaba allí a la puerta
quien guardar procuraba el fil derecho,
la canalla argentina reposaba,
y el nombre de Filipo celebraba.
Verdad es que hay también otros quejosos
que dicen, por se ver muy afligidos,
negocios de este Lerma escandalosos.
Mas eran enemigos conocidos,
y a veces suele haber casos forzosos
que obligan a los hombres entendidos
a dar en Scyla de ojos, procurando
a Caribdis huir, que está esperando.
Victoria en esto viene, por prelado
envía a su Deán que administrase
(en tanto que él entraba) el obispado,
y a Lerma le encargó le regalase.
Él hácelo. ¡Cuán poco que ha durado!
Que no quiso el Deán mucho durase,
que cierto el Lerma bien le regalaba
en su casa, y con honra le trataba.
Yo, cierto, que entendí de esta reyerta
De Santa-Fé algun tanto, y de aquel hecho
Por cosa averiguada tengo y cierta,
Que hizo en ir grande provecho:
Que en ver allá que estaba allí a la puerta,
Quien guardar procuraba el fil derecho;
La canalla Argentina reposaba,
Y el nombre de Fílipo celebraba.
Verdad es, que hay tambien otros quejosos,
Que dicen, por se ver muy afligidos,
Negocios de este escandalosos;
Mas eran enemigos conocidos,
Y a veces suele haber casos forzosos,
Que obligan a los hombres entendidos
A dar en Scyla de ojos, procurando
A Caribdis huir, que está esperando.
Victoria en esto viene, por prelado
Envía a su que administrase,
(En tanto que el entraba) el obispado,
Y a le encargó le regalase.
El hácelo. ¡Cuan poco que ha durado!
Que no quiso el mucho durase;
Que cierto el bien le regalaba
En su casa, y con honra le trataba.