La tur ba ción y prie sa yo de ci lla
aun que quie ra ha cer un lar go can to
no po dré ca bal ga ba u no sin si lla
el o tro aun que con si lla con es pan to
el o tro i ba sin fre no en su ba qui lla
el pe ca dor te mí a y el más san to
al fin to dos es ta ban te me ro sos
y de fu tu ros ma les re ce lo sos
Los ne gros la o ca sión con si de ra ron
y a cuer dan en tre sí un ar did fa mo so
los fre nos a sus a mos les hur ta ron
ar did su til de gue rra y pe li gro so
En tre e llos el con cier to fa bri ca ron
con á ni mo mal di to y a le vo so
pen san do que Fran cis co a llí vi nie ra
y en li ber tad a to dos les pu sie ra
Sus a mos los ca ba llos en si lla ban
a gran prie sa de mie do to dos lle nos
y las es pue las cal zan y to ma ban
las lan zas en las ma nos mas los fre nos
no ha llan aun que más los pro cu ra ban
que fue con cier to he cho de mo re nos
que al blan co tie nen tan tos de sa mo res
cuan to son di fe ren tes las co lo res
La turbación y priesa yo decilla,
aunque quiera hacer un largo canto,
no podré; cabalgaba uno sin silla,
el otro aunque con silla con espanto,
el otro iba sin freno en su baquilla,
el pecador temía, y el más santo;
al fin todos estaban temerosos
y de futuros males recelosos.
Los negros la ocasión consideraron,
y acuerdan entre sí un ardid famoso:
los frenos a sus amos les hurtaron,
ardid sutil de guerra y peligroso.
Entre ellos el concierto fabricaron
con ánimo maldito y alevoso,
pensando que Francisco allí viniera
y en libertad a todos les pusiera.
Sus amos los caballos ensillaban
a gran priesa, de miedo todos llenos,
y las espuelas calzan, y tomaban
las lanzas en las manos, mas los frenos
no hallan, aunque más los procuraban,
que fue concierto hecho de morenos
que al blanco tienen tantos desamores
cuanto son diferentes las colores.
La turbacion y priesa yo decilla,
Aunque quiera hacer un largo canto,
No podré: cabalgaba uno sin silla,
El otro aunque con silla con espanto,
El otro iba sin freno en su baquilla,
El pecador temía, y el mas santo:
Al fin todos estaban temerosos,
Y de futuros males recelosos.
Los negros la ocasion consideraron,
Y acuerdan entre sí un ardid famoso:
Los frenos a sus amos les hurtaron,
Ardid sutil de guerra y peligroso.
Entre ellos el concierto fabricaron,
Con animo maldito y alevoso,
Pensando que allí viniera,
Y en libertad a todos les pusiera.
Sus amos los caballos ensillaban
A gran priesa, de miedo todos llenos,
Y las espuelas calzan, y tomaban
Las lanzas en las manos: mas los frenos
No hallan, aunque mas los procuraban;
Que fué concierto hecho de morenos,
Que al blanco tienen tantos desamores,
Cuanto son diferentes las colores.