Ca ta li na ver du go sin con se jo
in gra ta a tan to bien co mo te ní a
ha bien do muer to el pa dre co mo vie jo
con el ma ri do a ve ces mal se ha bí a
Ma tar le de ter mi na el a pa re jo
en un mo zue lo ha lla a quien que rí a
en un su pre mo gra do de tal suer te
que a to dos tres cau só su que rer muer te
En ca sa le te ní a hos pe da do
na ci do e ra en la vi lla de O ro pe sa
del po bre Gil Gon zá lez re ga la do
co mien do de or di na rio en pro pia me sa
Em pe ro de sus pa dres mal cria do
y a sí de con di ción ma la y a vie sa
por sus gran des de li tos y ma li cia
des te rra do le ha bí a la jus ti cia
Con cier tan pues los dos qui tar la vi da
al po bre que vi ví a sin re ce lo
El Juan Ro drí guez dio le u na he ri da
de que ca yó el Gon zá lez en el sue lo
La mal di ta ver du go lue go a si da
del tris te que la pi de a e lla con sue lo
No es tiem po ya le di ce pe rro pe rro
Y el mo zo por la lla ga me te hie rro
Catalina, verdugo sin consejo,
ingrata a tanto bien como tenía,
habiendo muerto el padre, como viejo,
con el marido a veces mal se había.
Matarle determina; el aparejo
en un mozuelo halla, a quien quería
en un supremo grado; de tal suerte,
que a todos tres causó su querer muerte.
En casa le tenía hospedado,
nacido era en la villa de Oropesa;
del pobre Gil González regalado,
comiendo de ordinario en propia mesa.
Empero de sus padres mal criado,
y así de condición mala y aviesa,
por sus grandes delitos y malicia
desterrado le había la justicia.
Conciertan, pues, los dos quitar la vida
al pobre, que vivía sin recelo.
El Juan Rodríguez diole una herida
de que cayó el González en el suelo.
La maldita verdugo, luego asida
del triste que la pide a ella consuelo:
"No es tiempo ya", le dice, "perro, perro".
Y el mozo por la llaga mete hierro.
, verdugo sin consejo,
Ingrata a tanto bien como tenia,
Habiendo muerto el padre, como viejo,
Con el marido a veces mal se habia.
Matarle determina: el aparejo
En un mozuelo halla, a quien quería
En un supremo grado; de tal suerte,
Que a todos tres causó su querer, muerte.
En casa le tenian hospedado,
Nacido era en la villa de Oropesa;
Del pobre Gil Gonzalez regalado,
Comiendo de ordinario en propia mesa;
Empero de sus padres mal criado,
Y así de condicion mala y aviesa,
Por sus grandes delitos y malicia
Desterrado le habia la justicia.
Conciertan, pues, los dos quitar la vida
Al pobre, que vivia sin recelo:
El dióle una herida,
De que cayó el en el suelo.
La maldita verdugo, luego asida
Del triste que la pide a ella consuelo:
No es tiempo ya, le dice, perro perro.
Y el mozo por la llaga mete hierro.