Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Ex pi ra el sin ven tu ra so llo zan do

di cien do Mu jer a qué os he he cho

La ver du go cruel le es a ra ñan do

el ros tro y el pes cue zo con el pe cho

Fin gien do que se due le es gri tan do

y su ma ri do di ce que del le cho

ca con un do lor cru do muy fuer te

con an sias re vol can do de la muer te

Los lu tos se sa ca ron con con ten to

las gri mas son ri sas de he re de ro

y muy de pres to or de nan ca sa mien to

por más pres to ve nir a pa ga de ro

A pe nas se a ca el en te rra mien to

des san se los dos el pa ra de ro

fue muer te a ca ba do ra de con ten tos

de bie nes y de ma les y tor men tos

Oh cru da in gra ti tud tan ce le bra da

de hem bras por el mun do co mo ve mos

es po si ble que sien do tan u sa da

ja más de su ri gor huir po de mos

La cul pa nues tra bien es pro ba da

pues de mu jer sa bi do ya te ne mos

que no pue de re gir se por con se jo

pues tie ne de ra zón po co a pa re jo

Expira el sin ventura sollozando,

diciendo: "Mujer mía, ¿qué os he hecho?".

La verdugo cruel le está arañando

el rostro y el pescuezo con el pecho.

Fingiendo que se duele, está gritando,

y su marido dice que del lecho

cayó con un dolor crudo muy fuerte,

con ansias revolcando de la muerte.

Los lutos se sacaron con contento,

las lágrimas son risas de heredero;

y muy de presto ordenan casamiento

por más presto venir a pagadero.

Apenas se acabó el enterramiento,

despósanse los dos; el paradero

fue muerte acabadora de contentos,

de bienes y de males y tormentos.

¡Oh, cruda ingratitud, tan celebrada

de hembras por el mundo, como vemos;

es posible que, siendo tan usada,

jamás de su rigor huir podemos!

La culpa nuestra bien está probada,

pues de mujer sabido ya tenemos

que no puede regirse por consejo,

pues tiene de razón poco aparejo.

Espira el sin ventura sollozando,

Diciendo: ¿muger mia, qué os he hecho?

La verdugo cruel le está arañando

El rostro y el pescuezo con el pecho.

Fingiendo que se duele, esta gritando,

Y su marido, dice, que del lecho

Cayó, con un dolor crudo muy fuerte,

Con ansias revolcando de la muerte.

Los lutos se sacaron con contento,

Las lágrimas son risas de heredero

Y muy de presto ordenan casamiento,

Por mas presto venir a pagadero.

A penas se acabó el enterramiento

Desposanse los dos: el paradero

Fué muerte acabadora de contentos,

De bienes y de males, y tormentos.

¡O cruda ingratitud, tan celebrada

De hembras por el mundo, como vemos:

Es posible, que siendo tan usada,

Jamas de su rigor huir podernos!

La culpa nuestra bien está probada,

Pues de muger sabido ya tenemos,

Que no puede regirse por consejo,

Pues tiene de razon poco aparejo.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0