La tie rra por tres par tes di fe ren tes
se a brió con es pan ta ble for ta le za
y por las a ber tu ras y ver tien tes
sa lí a con fu ror gran es pe se za
de pol vo y de pe dris co que a las gen tes
ma ta ba sin pie dad es ta ma le za
Un in dio se sal vó de es te pe dris co
que dan do sin le sión en ci ma un ris co
Por u na par te y o tra el te rre mo to
con gran fu ria pa só que dan do ais la do
el in dio de ro di llas muy de vo to
sin ser del te rre mo to ma cu la do
Cual sue le te me ro so por el so to
la hui da bus car cier vo o ve na do
cuan do o ye el ar ca buz a sí bus ca ba
el in dio por don de ir mas no lo ha lla ba
Li bro le al fin el ris co y el ba rran co
o por me jor ha blar el Po de ro so
de la muer te a la vi da dio un gran tran co
con tán do se des pués por muy di cho so
Mas un pue blo que lla man An co An co
a quí hi zo su fin muy las ti mo so
que un ce rro en ci ma dél vi no ca yen do
y de ba jo la gen te de él co gien do
La tierra por tres partes diferentes
se abrió con espantable fortaleza,
y por las aberturas y vertientes
salía con furor gran espeseza
de polvo y de pedrisco, que a las gentes
mataba sin piedad esta maleza.
Un indio se salvó de este pedrisco,
quedando sin lesión encima un risco.
Por una parte y otra el terremoto
con gran furia pasó, quedando aislado
el indio de rodillas, muy devoto,
sin ser del terremoto maculado.
Cual suele temeroso por el soto
la huida buscar ciervo o venado
cuando oye el arcabuz, así buscaba
el indio por donde ir, mas no lo hallaba.
Librole al fin el risco y el barranco,
o por mejor hablar el Poderoso,
de la muerte a la vida dio un gran tranco,
contándose después por muy dichoso.
Mas un pueblo que llaman Anco Anco
aquí hizo su fin muy lastimoso,
que un cerro encima dél vino cayendo,
y debajo la gente de él cogiendo.
La tierra, por tres partes diferentes,
Se abrió con espantable fortaleza,
Y por las aberturas y vertientes
Salía con furor gran espeseza
De polvo, y de pedrisco, que a las gentes
Mataba sin piedad esta maleza:
Un indio se salvó de este pedrisco,
Quedando sin lesion encima un risco.
Por una parte y otra el terremoto
Con gran furia pasó, quedando aislado
El indio de rodillas, muy devoto,
Sin ser del terremoto maculado.
Cual suele temeroso por el soto
La huida buscar ciervo ó venado
Cuando oye el arcabuz, así buscaba
El indio por donde ir, mas no lo hallaba.
Libróle al fin el risco y el barranco,
O por mejor hablar, el Poderoso;
De la muerte a la vida dió un gran tranco,
Contándose despues por muy dichoso.
Mas un pueblo que llaman Anco Anco,
Aquí hizo su fin muy lastimoso,
Que un cerro encima dél vino cayendo,
Y debajo la gente de él cogiendo.