Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Un rui do el tem blor cau ta ma ño

que los ca be llos to dos se e ri za ban

Ne go cio de con tar se por ex tra ño

que las pa re des vi se me ne a ban

y sin que re ci bie se al gún da ño

tem blan do de tal suer te al fin que da ban

en su ser aun que al gu nas se ca ye ron

y a sus due ños de ba jo los co gie ron

Un ca so con ta yo ver da de ro

que ca si me re í que a ques te a

co rrien do por la ca lle vi un bar be ro

que al pun to del tem blor san gra do ha a

a un hom bre que tras él sa lió li ge ro

aun que la san gre ro ja le sa a

El bar be ro per dió a quí su lan ce ta

y al en fer mo el tem blor la ve na a prie ta

De ver e ra mi rar mo sa an

con mil dis fra ces hom bres y las da mas

que a quel pun to los in dios se ves an

los o tros a ún se es ta ban en sus ca mas

al gu nas sus a fei tes se po an

sir vien do es ta ban mo zas a sus a mas

y de jar las hu yén do se a la ca lle

a do sa len tras e llas de mal ta lle

Un ruido el temblor causó tamaño,

que los cabellos todos se erizaban.

Negocio de contarse por extraño,

que las paredes vi se meneaban,

y sin que recibiese algún daño,

temblando de tal suerte, al fin quedaban

en su ser, aunque algunas se cayeron,

y a sus dueños debajo los cogieron.

Un caso contaré yo verdadero,

que casi me reí, que aqueste día

corriendo por la calle vi un barbero

que al punto del temblor sangrado había

a un hombre, que tras él salió ligero,

aunque la sangre roja le salía.

El barbero perdió aquí su lanceta,

y al enfermo el temblor la vena aprieta.

De ver era mirar cómo salían

con mil disfraces hombres y las damas,

que aquel punto los indios se vestían,

los otros aún se estaban en sus camas,

algunas sus afeites se ponían,

sirviendo estaban mozas a sus amas,

y dejarlas huyéndose a la calle

a do salen tras ellas de mal talle.

Un ruido el temblor causó tamaño,

Que los cabellos todos erizaban:

Negocio de contarse por estraño,

Que las paredes ví se meneaban;

Y sin que recibiesen algun daño,

Temblando de tal suerte, al fin quedaban

En su ser, aunque algunas se cayeron,

Y a sus dueños debajo los cogeron.

Un caso contare yo verdadero,

Que casi me reí, que aqueste dia

Corriendo por la calle vi un barbero,

Que al punto del temblor sangrado habia

A un hombre, que tras él salio ligero,

Aunque la sangre roja le salia:

El barbero perdió aquí su lanceta,

Y al enfermo el temblor la vena aprieta.

De ver era mirar como salian,

Con mil disfraces hombres y las damas,

Que aquel punto los indios se vestian,

Los otros aun se estaban en sus camas.

Algunas sus afeites se ponian,

Sirviendo estaban mozas a sus amas,

Y dejarlas huyendose a la calle

A dó salen tras ellas de mal talle.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0