Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Tra con los gi gan tes de Pan cal do

que es tán por ci ma el Puer to de Le o nes

A cuér do me yo a ho ra que Gi bal do

sol da do ge no vés en tre ra zo nes

que con mi go tra ta ba y con Gri mal do

de su na ción dis cre tos dos va ro nes

me di jo mu chas ve ces que los vie ra

des de el na o lle gar a la ri be ra

Pan cal do fue el pri me ro que los vi do

un ge no vés as tu to ma ri ne ro

U no de e llos de a que me ti do

ha a por den tro del gar gue ro

u na muy lar ga fle cha y no rom pi do

se gún que la sa ca ba he chi ce ro

el Pan cal do le juz ga y Pier An to nio

de a ser por ar te del de mo nio

A es te Pier An to nio que de A qui no

se lla ma ba le o í a ques tas co sas

De buen en ten di mien to buen la ti no

e ra y me con ta ba mi la gro sas

e in cre í bles co sas del ca mi no

que Pan cal do lle cuan do pre cio sas

y ri cas jo yas dio a mal des pe cho

pen san do de pa sar a quel Es tre cho

Trató con los gigantes de Pancaldo,

que están por cima el Puerto de Leones.

Acuérdome yo ahora que Gibaldo,

soldado genovés, entre razones

que conmigo trataba, y con Grimaldo,

de su nación, discretos dos varones,

me dijo muchas veces que los viera

desde el navío llegar a la ribera.

Pancaldo fue el primero que los vido,

un genovés, astuto marinero.

Uno de ellos, decía, que metido

había por dentro del garguero

una muy larga flecha, y no rompido,

según que la sacaba; hechicero

el Pancaldo le juzga, y Pier Antonio

decía ser por arte del demonio.

A este Pier Antonio, que de Aquino

se llamaba, le oí aquestas cosas.

De buen entendimiento, buen latino

era, y me contaba milagrosas

e increíbles cosas del camino

que Pancaldo llevó, cuando preciosas

y ricas joyas dio a mal despecho,

pensando de pasar aquel Estrecho.

Trató con los gigantes de ,

Que estan por cima el Puerto de Leones.

Acuérdome yo ahora que ,

Soldado genoves, entre razones

Que conmigo trataba, y con

De su nacion, discretos dos varones,

Me dijo muchas veces que los viera

Desde el navío llegar a la ribera.

fue el primero que los vido,

Un genovés, astuto marinero:

Uno de ellos, decia, que metido

Habia por de dentro del garguero

Una muy larga flecha, y no rompido,

Segun que la sacaba: hechicero

El le juzga, y

Decia ser por arte del demonio.

A este , que

Se llamaba, le oí aquestas cosas;

De buen entendimiento, buen latino

Era, y me contaba milagrosas

E increíbles cosas del camino

Que llevó, cuando preciosas

Y ricas joyas dio a mal despecho,

Pensando de pasar aquel Estrecho.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0