Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En el a gua ca cuan do su a

el ber gan tín a rri ba la cui ta da

y vien do que ya ca si se hun a

su ma ri do la juz ga ya a ho ga da

Oh Vir gen e lla di ce en es te a

va led me mi Se ño ra y a bo ga da

de Gua da lu pe en es te gran a prie to

que ser vir es ta o bra yo pro me to

La tur ba ción que ha a no re fie ro

las gri mas los gri tos el la men to

El e ne mi go an da ba car ni ce ro

por la cris tia na san gre muy se dien to

Al ber gan tín a fie rra cru do fie ro

el cris tia no que vi do tal des cuen to

sa can do vi vas fuer zas de fla que za

re sis te al e ne mi go su fie re za

Pe ro A lon so de Cue vas ha a yu da do

muy bien al ber gan tín en el com ba te

co mo va lien te fuer te y es for za do

te mien do su mu jer el in dio ma te

Al fin nues tro Se ñor los ha li bra do

hu yen do el ber gan tín de es te dis la te

na ció en la tie rra un bra vo a tre vi mien to

y o íd con a ten ción el al za mien to

En el agua cayó cuando subía

el bergantín arriba la cuitada,

y viendo que ya casi se hundía,

su marido la juzga ya ahogada.

"¡Oh, Virgen!", ella dice, "en este día

valedme, mi Señora y abogada

de Guadalupe, en este gran aprieto,

que servir esta obra yo prometo".

La turbación que había no refiero,

las lágrimas, los gritos, el lamento.

El enemigo andaba carnicero,

por la cristiana sangre muy sediento.

Al bergantín afierra crudo, fiero;

el cristiano, que vido tal descuento,

sacando vivas fuerzas de flaqueza,

resiste al enemigo su fiereza.

Pero Alonso de Cuevas ha ayudado

muy bien al bergantín en el combate,

como valiente, fuerte y esforzado,

temiendo su mujer el indio mate.

Al fin nuestro Señor los ha librado;

huyendo el bergantín de este dislate,

nació en la tierra un bravo atrevimiento,

y oíd con atención el alzamiento.

En el agua cayó, cuando subia

El bergantin arriba la cuitada,

Y viendo que ya casi se hundia,

Su marida la juzga ya ahogada.

¡O Virgen, ella dice, en este dia,

Valedme, mi Señora y abogada

De Guadalupe, en este gran aprieto,

Que servir esta obra yo prometo.

La turbacion que habia, no refiero,

Las lagrimas, los gritos, el lamento:

El enemigo andaba carnicero,

Por la cristiana sangre muy sediento.

Al bergantin afierra crudo, fiero:

El cristiano que vido tal descuento,

Sacando vivas fuerzas de flaqueza,

Resiste al enemigo su fiereza.

Pero Alonso de Cuevas ha ayudado

Muy bien al bergantin en el combate,

Como valiente, fuerte y esforzado,

Temiendo su muger el indio mate.

Al fin nuestro Señor los ha librado,

Huyendo el bergantin: de este dislate

Nacio en la tierra un bravo atrevimiento,

Y oid con atencion el alzamiento.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0