Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

El hom bre me ha bló des ta ma ne ra

Don ce lla pues que a Dios con pe cho lla no

a do ras de ter mi na es tar en te ra

en tu vir gi ni dad que el So be ra no

de ti se a cor da en la ho ra pos tre ra

Di cien do es to ten dió su dies tra ma no

y dio me a ques ta cruz de quien yo cre o

que es don de mi des can so y mi de se o

Es ta mi hi ja di ce por mo men tos

que Dios se ha de e no jar si a los cris tia nos

ha ce mos mal y da mos des con ten tos

y que an tes los que ra mos co mo a her ma nos

re ci bien do sus San tos Sa cra men tos

A pe nas ha ha bla do y los in sa nos

ven ci dos de sus ma las pre ten sio nes

al vie jo die ron mu chos bo fe to nes

El gran ca ci que di ce en su tia na

que al vie jo de jen ya por que de li ra

y su hi ja es don ce lla muy li via na

y que a in ven cio nes ta les siem pre as pi ra

Ce so le de he rir el Chi ri gua na

que es ta ba ya en cen di do en pu ra i ra

que no du do yo cier to si no fue ra

por el ca ci que en bre ve a llí mu rie ra

"El hombre me habló desta manera:

'Doncella, pues que a Dios con pecho llano

adoras, determina estar entera

en tu virginidad, que el Soberano

de ti se acordará en la hora postrera'.

Diciendo esto tendió su diestra mano,

y diome aquesta cruz, de quien yo creo

que es don de mi descanso y mi deseo".

"Esta mi hija dice por momentos

que Dios se ha de enojar si a los cristianos

hacemos mal y damos descontentos,

y que antes los queramos como a hermanos,

recibiendo sus Santos Sacramentos".

Apenas ha hablado, y los insanos,

vencidos de sus malas pretensiones,

al viejo dieron muchos bofetones.

El gran cacique dice en su tiana

que al viejo dejen ya, porque delira,

y su hija es doncella muy liviana

y que a invenciones tales siempre aspira.

Cesole de herir el Chiriguana,

que estaba ya encendido en pura ira,

que no dudo yo cierto, si no fuera

por el cacique, en breve allí muriera.

El hombre me habló désta manera:

Doncella, pues que a Dios con pecho llano

Adóras, determina estar entera

En tu virginidad, que el Soberano

De ti se acordará en la hora postrera.

Diciendo esto tendió su diestra mano,

Y dióme aquesto cruz, de quien yo creo,

Que es don de mi descanso y mi deseo.

Esta mi hija, dice por momentos,

Que Dios se ha de enojar, si a los Cristianos

Hacemos mal, y damos descontentos,

Y que antes los queramos como a hermanos,

Recibiendo sus Santos Sacramentos.

Apenas ha hablado, y los insanos

Vencidos de sus malas pretensiones,

Al viejo dieron muchos bofetones.

El gran cacique, dice en su tiana

Que al viejo dejen yá, porque delira,

Y su hija es doncella muy liviana,

Y que a invenciones toles siempre aspira.

Cesóle de herir el ,

Que estaba ya encendido en pura ira,

Que no dudo yo cierto, sino fuera

Por el cacique, en breve allí muriera.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0