En un pa so se po nen pe li gro so
los in dios Chi ri gua nos en ce la da
El es pa ñol del da ño re ce lo so
no fue que si su pie ran la em bos ca da
no fue ra el mal su ce so tan da ño so
Mas no sien do la co sa bien pen sa da
su ce de con tra el vo to y lo pen sa do
y lue go se a tri bu ye al tris te ha do
El buen ha do es Di vi na Pro vi den cia
ser vir el hom bre a Dios con mu cho ti no
po ner en to das co sas di li gen cia
y no fal tar en me dio del ca mi no
Si Sa la zar tu vie ra la ad ver ten cia
que a quí di go bien cier to yo i ma gi no
que no mu rie ran nue ve que pen san do
no ha ber pe li gro i ban ca mi nan do
La gen te va mar chan do pe ro vien do
que los tris tes que fue ron de lan te ros
mu rie ron del ne go cio se te mien do
qui sie ran ha llar to dos a gu je ros
Sa la zar des ma yó que va ri gien do
des ma yan los sol da dos com pa ñe ros
que tan tas fle chas ven ve nir llo vien do
que la tie rra con e llas van cu brien do
En un paso se ponen peligroso
los indios Chiriguanos en celada.
El español del daño receloso
no fue, que si supieran la emboscada
no fuera el mal suceso tan dañoso.
Mas no siendo la cosa bien pensada,
sucede contra el voto y lo pensado,
y luego se atribuye al triste hado.
El buen hado es Divina Providencia,
servir el hombre a Dios con mucho tino,
poner en todas cosas diligencia
y no faltar en medio del camino.
Si Salazar tuviera la advertencia
que aquí digo, bien cierto yo imagino
que no murieran nueve que, pensando
no haber peligro, iban caminando.
La gente va marchando, pero viendo
que los tristes, que fueron delanteros,
murieron, del negocio se temiendo,
quisieran hallar todos agujeros.
Salazar desmayó, que va rigiendo,
desmayan los soldados compañeros,
que tantas flechas ven venir lloviendo
que la tierra con ellas van cubriendo.
En un paso se ponen peligroso
Los indios en celada:
El español del daño receloso
No fué, que si supieran la emboscada,
No fuera el mal suceso tan dañoso.
Mas no siendo la cosa bien pensada,
Sucede contra el voto, y lo pensado,
Y luego se atribuye al triste hado.
El buen hado es Divina Providencia,
Servir el hombre a Dios con mucho tino,
Poner en todas cosas diligencia,
Y no faltar en medio del camino.
Si tuviera la advertencia
Que aquí digo, bien cierto yo imagino
Que no murieran nueve, que pensando
No haber peligro, iban caminando.
La gente va marchando, pero viendo
Que los tristes, que fueron delanteros,
Murieron, del negocio se temiendo,
Quisieran hallar todos agujeros.
desmayo que va rigiendo;
Desmayan los soldados compañeros,
Que tantas flechas ven venir lloviendo,
Que la tierra con ellas van cubriendo.