Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Don Luis So to ma yor De qué a pro ve cha

el fuer te di ce en tie rra don de pue de

to mar el e ne mi go cual quier tre cha

sin que en ma ne ra al gu na se le ve de

del fuer te Lo me jor es que bien he cha

le se a con la gen te que a quí que de

la gue rra al e ne mi go si vi nie re

con fuer za lo me jor que ser pu die re

Es tan do des ta suer te re ce lo sos

de Fran cis co su ce de oh co sa ex tra ña

un ca so en tre los ca sos te me ro sos

de Dios cas ti go y mues tra de la sa ña

que tie ne con los hom bres fla gi cio sos

La mar sa lió de cur so y a ba ña

el puer to del Ca lla o y la ma ri na

y gran par te del pue blo ca e con rui na

Bra ma ba con bra mi dos la mar bra va

la obs cu ra y tris te no che en tris te a

las cri nes y ca be llos e ri za ba

el al ma y co ra zón a mor te a

el se xo fe me nil que la men ta ba

en a prie to y an gus tia más po a

gri mas y so llo zos y ge mi dos

sus pi ros gri tos llan tos a la ri dos

Don Luis Sotomayor, "¿De qué aprovecha

el fuerte", dice, "en tierra, donde puede

tomar el enemigo cualquier trecha

sin que en manera alguna se le vede

del fuerte? Lo mejor es que bien hecha

le sea, con la gente que aquí quede,

la guerra al enemigo, si viniere,

con fuerza lo mejor que ser pudiere".

Estando desta suerte recelosos

de Francisco, sucede, ¡oh cosa extraña!,

un caso entre los casos temerosos,

de Dios castigo, y muestra de la saña

que tiene con los hombres flagiciosos.

La mar salió de curso, y así baña

el puerto del Callao, y la marina,

y gran parte del pueblo cae con ruina.

Bramaba con bramidos la mar brava,

la obscura y triste noche entristecía,

las crines y cabellos erizaba,

el alma y corazón amortecía;

el sexo femenil que lamentaba,

en aprieto y angustia más ponía,

lágrimas, y sollozos, y gemidos,

suspiros, gritos, llantos, alaridos.

Don Luis Sotomayor ¿de que aprovecha

El fuerte, dice, en tierra, donde puede

Tomar el enemigo cualquier trecha,

Sin que en manera alguna se le vede

Del fuerte? Lo mejor es, que bien hecha

Le sea, con la gente que aquí quede,

La guerra al enemigo, si viniere,

Con fuerza lo mejor que ser pudiere.

Estando desta suerte recelosos

De , sucede ¡O cosa extraña!

Un caso entre los casos temerosos,

De Dios castigo, y muestra de la saña

Que tiene con los hombres flagiciosos.

La mar salió de curso, y así baña

El puerto del Callao, y la marina,

Y gran parte del pueblo cae con ruina.

Bramaba con bramidos la mar brava,

La obscura y triste noche entristecia,

Las crines y cabellos erizaba,

El alma y corazon amortecia;

El sexo femenil que lamentaba,

En aprieto y angustia mas ponia,

Lágrimas, y sollozos, y gemidos,

Suspiros, gritos, llantos, alaridos.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0