Don Luis So to ma yor De qué a pro ve cha
el fuer te di ce en tie rra don de pue de
to mar el e ne mi go cual quier tre cha
sin que en ma ne ra al gu na se le ve de
del fuer te Lo me jor es que bien he cha
le se a con la gen te que a quí que de
la gue rra al e ne mi go si vi nie re
con fuer za lo me jor que ser pu die re
Es tan do des ta suer te re ce lo sos
de Fran cis co su ce de oh co sa ex tra ña
un ca so en tre los ca sos te me ro sos
de Dios cas ti go y mues tra de la sa ña
que tie ne con los hom bres fla gi cio sos
La mar sa lió de cur so y a sí ba ña
el puer to del Ca lla o y la ma ri na
y gran par te del pue blo ca e con rui na
Bra ma ba con bra mi dos la mar bra va
la obs cu ra y tris te no che en tris te cí a
las cri nes y ca be llos e ri za ba
el al ma y co ra zón a mor te cí a
el se xo fe me nil que la men ta ba
en a prie to y an gus tia más po ní a
lá gri mas y so llo zos y ge mi dos
sus pi ros gri tos llan tos a la ri dos
Don Luis Sotomayor, "¿De qué aprovecha
el fuerte", dice, "en tierra, donde puede
tomar el enemigo cualquier trecha
sin que en manera alguna se le vede
del fuerte? Lo mejor es que bien hecha
le sea, con la gente que aquí quede,
la guerra al enemigo, si viniere,
con fuerza lo mejor que ser pudiere".
Estando desta suerte recelosos
de Francisco, sucede, ¡oh cosa extraña!,
un caso entre los casos temerosos,
de Dios castigo, y muestra de la saña
que tiene con los hombres flagiciosos.
La mar salió de curso, y así baña
el puerto del Callao, y la marina,
y gran parte del pueblo cae con ruina.
Bramaba con bramidos la mar brava,
la obscura y triste noche entristecía,
las crines y cabellos erizaba,
el alma y corazón amortecía;
el sexo femenil que lamentaba,
en aprieto y angustia más ponía,
lágrimas, y sollozos, y gemidos,
suspiros, gritos, llantos, alaridos.
Don Luis Sotomayor ¿de que aprovecha
El fuerte, dice, en tierra, donde puede
Tomar el enemigo cualquier trecha,
Sin que en manera alguna se le vede
Del fuerte? Lo mejor es, que bien hecha
Le sea, con la gente que aquí quede,
La guerra al enemigo, si viniere,
Con fuerza lo mejor que ser pudiere.
Estando desta suerte recelosos
De , sucede ¡O cosa extraña!
Un caso entre los casos temerosos,
De Dios castigo, y muestra de la saña
Que tiene con los hombres flagiciosos.
La mar salió de curso, y así baña
El puerto del Callao, y la marina,
Y gran parte del pueblo cae con ruina.
Bramaba con bramidos la mar brava,
La obscura y triste noche entristecia,
Las crines y cabellos erizaba,
El alma y corazon amortecia;
El sexo femenil que lamentaba,
En aprieto y angustia mas ponia,
Lágrimas, y sollozos, y gemidos,
Suspiros, gritos, llantos, alaridos.