Em pe ro en es te tran ce tan te rri ble
ex ce den ya las nue ces al rui do
Ne go cio al pa re cer muy in cre í ble
que ha ce sal ga el hom bre de sen ti do
A mu chos pa re ció ser im po si ble
ha ber por na tu ral a con te ci do
sin que cau sa se cre ta in ter vi nie se
y con ri gor la ma no en tro me tie se
A pri ma de la no che muy obs cu ra
la rui na su ce dió con tem blor cru do
no es tá ni pue de es tar ca sa se gu ra
ni el hom bre de fen der se con es cu do
si Dios que es pro pia guar da no pro cu ra
guar dar nos pues a ques to só lo pu do
de jar de a ques ta suer te cas ti ga da
a Li ma con su gen te a me dren ta da
Ca yé ron se las ca sas más lus tro sas
los tem plos y las más ri cas ca pi llas
que a llí mues tra las ma nos po de ro sas
y ha ce muy ma yo res ma ra vi llas
El al to don de hay fuer zas be li co sas
en fre no que bran tan do las me ji llas
de a que llos que pro cu ran a le jar se
de su di vi no bien y no a cer car se
Empero en este trance tan terrible
exceden ya las nueces al ruido.
Negocio al parecer muy increíble,
que hace salga el hombre de sentido.
A muchos pareció ser imposible
haber por natural acontecido
sin que causa secreta interviniese
y con rigor la mano entrometiese.
A prima de la noche muy obscura
la ruina sucedió con temblor crudo;
no está ni puede estar casa segura,
ni el hombre defenderse con escudo,
si Dios, que es propia guarda, no procura
guardarnos; pues aquesto sólo pudo
dejar de aquesta suerte castigada
a Lima con su gente amedrentada.
Cayéronse las casas más lustrosas,
los templos y las más ricas capillas,
que allí muestra las manos poderosas
y hace muy mayores maravillas.
El alto donde hay fuerzas belicosas,
en freno quebrantando las mejillas
de aquellos que procuran alejarse
de su divino bien, y no acercarse.
Empero en este trance tan terrible
Exceden ya las nueces al ruido:
Negocio al parecer muy increible,
Que hace salga el hombre de sentido.
A muchos pareció ser imposible
Haber por natural acontecido,
Sin que causa secreta interviniese,
Y con rigor la mano intrometiese.
A prima de la noche muy obscura,
La ruina sucedió con temblor crudo;
No está ni puede estar casa segura,
Ni el hombre defenderse con escudo,
Si Dios, que es propia guarda, no procura
Guardarnos; pues aquesto solo pudo
Dejar de aquesta suerte castigada
A Lima con su gente amedrentada.
Cayéronse las casas mas lustrosas,
Los templos, y las mas ricas capillas,
Que allí muestra las manos poderosas,
Y hace muy mayores maravillas.
El alto donde hay fuerzas belicosas,
En freno quebrantando las mejillas
De aquellos que procuran alejarse
De su divino bien, y no acercarse.