Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

En tre sol da dos gen te de sal ma da

por tris ca se de a que sa bi do

de Dra ke se a la nue va bien lle ga da

qui que mu da re mos el ves ti do

que nues tra pro fe sión no es es ti ma da

no an dan do el e ne mi go em bra ve ci do

Vi nien do pues a ques te lu te ra no

po dra nos su ce der di cho sa ma no

Yo vi de en Chu qui sa ca al bo ro ta da

la co sa y el Au dien cia des pa chan do

a Li ma van co rre os res guar da da

la cos ta pres to fue gen te jun tan do

el Con de del Vi llar de ma no ar ma da

con mu chas pre ven cio nes pro cu ran do

guar dar al gran Se ñor su tie rra sa na

aun que ven ga la Rei na lu te ra na

A quí de jar a go ra yo no pue do

de de cir y to car muy bre ve men te

u na mal dad dia li ca y en re do

que el de mo nio fra guó en tre a que lla gen te

in dia na que en pen sar lo lo que do

con fu so y a je na do de mi men te

que u na car ta a los in gle ses es cri bie ron

y en e lla es tas ra zo nes les di je ron

Entre soldados, gente desalmada,

por trisca se decía que, sabido

de Drake, sea la nueva bien llegada:

quizá que mudaremos el vestido,

que nuestra profesión no está estimada

no andando el enemigo embravecido.

Viniendo, pues, aqueste luterano,

podranos suceder dichosa mano.

Yo vide en Chuquisaca alborotada

la cosa, y el Audiencia despachando

a Lima van correos; resguardada

la costa, presto fue gente juntando,

el Conde del Villar, de mano armada

con muchas prevenciones, procurando

guardar al gran Señor su tierra sana,

aunque venga la Reina luterana.

Aquí dejar agora yo no puedo

de decir, y tocar muy brevemente,

una maldad diabólica y enredo

que el demonio fraguó entre aquella gente

indiana, que en pensarlo sólo quedo

confuso y ajenado de mi mente;

que una carta a los ingleses escribieron,

y en ella estas razones les dijeron.

Entre soldados, gente desalmada,

Por trisca se decia, que sabido

De , sea la nueva bien llegada:

Quizá que mudaremos el vestido,

Que nuestra profesion no está estimada,

No andando el enemigo embravecido;

Viniendo, pues, aqueste Luterano,

Podrános suceder dichosa mano.

Yo vide en Chuquisaca alborotada

La cosa, y el Audiencia despachando

A Lima ván correos; resguardada

La costa, presto fué gente juntando,

El , de mano armada,

Con muchas prevenciones, procurando

Guardar al gran Señor su tierra sana,

Aunque venga la .

Aquí dejar agora yo no puedo

De decir, y tocar muy brevemente

Una maldad diabólica, y enredo

Que el demonio fragó entre aquella gente

Indiana; que en pensarlo solo quedo

Confuso, y agenado de mi mente:

Que una carta a los ingleses escribieron,

Y en ella estas razones le dijeron.

Volver al Índice

Mantenido por hdlabconicet

2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0