Sal tó el in glés en tie rra y al po bla do
lle gó con fu ria cruel y re pen ti na
y co mo le ha ha lla do des po bla do
con su ra bia dia bó li ca y ma lig na
a u na san ta cruz ha es co pe ta do
ro ban do lo que ha lla a llí ca mi na
El pi lo to que dó a llí abs con di do
que al al to con los nues tros se ha su bi do
A ra na que ve ní a muy pu jan te
con dos fuer tes y be llos ga le o nes
con u na ve loz lan cha de de lan te
a lle ga a Man ta Sa len es cua dro nes
pen san do ser in glés en un ins tan te
cien sol da dos es ta ban cha pe to nes
cin cuen ta va que a nos que Al va ra do
al pun to los o fre ce de buen gra do
A ra na le res pon de que su ma no
y dies tra so la bas ta con su gen te
con tra el po der y fuer za del ti ra no
que no quie re so co rro de pre sen te
La cos ta co rre to da el lu te ra no
A ra na se vol vió muy di li gen te
aun que de Nue va Es pa ña se le en ví a
a vi so de que es tá en u na ba hí a
Saltó el inglés en tierra, y al poblado
llegó con furia cruel y repentina;
y como le ha hallado despoblado,
con su rabia diabólica y maligna
a una santa cruz ha escopetado;
robando lo que halla allí, camina.
El piloto quedó allí abscondido,
que al alto con los nuestros se ha subido.
Arana, que venía muy pujante
con dos fuertes y bellos galeones,
con una veloz lancha de delante,
allega a Manta. Salen escuadrones
(pensando ser inglés), en un instante
cien soldados estaban chapetones,
cincuenta vaqueanos, que Alvarado
al punto los ofrece de buen grado.
Arana le responde que su mano
y diestra sola basta con su gente
contra el poder y fuerza del tirano,
que no quiere socorro de presente.
La costa corre toda el luterano,
Arana se volvió muy diligente
aunque de Nueva España se le envía
aviso de que está en una bahía.
Saltó en tierra, y al poblado llegó con furia cruel y repentina;
Y como le ha hallado despoblado,
Con su rábia diabolica y maligna
A una Santa Cruz ha escopetado,
Robando lo que halla allí, camina.
El piloto quedó allí abscondido,
Que al alto con los nuestros se ha subido.
Arana, que venia muy pujante
Con dos fuertes y bellos galeones,
Con una veloz lancha de delante,
Allega a Manta. Salen escuadrones:
(Pensando ser ingles) en un instante
Cien soldados estaban chapetones,
Cincuenta vaqueanos, que
Al punto los ofrece de buen grado.
Arana le responde, que su mano
Y diestra sola basta con su gente
Contra el poder y fuerza del tirano,
Que no quiere socorro de presente.
La costa corre toda el ,
Arana se volvió muy diligente,
Aunque de nueva España se le envia
Aviso de que está en una bahia.