A qués tos nos di je ron que te ní an
los o tros tres cris tia nos por cau ti vos
y que e llos del res ca te tra ta rí an
de a que llos que ha lla sen es tar vi vos
y que lue go a no so tros los tra e rí an
No so tros en a ques to com pa si vos
de co sas les hen chi mos bien las ma nos
de se an do li brar nues tros her ma nos
El co ber tor qui té yo de mi ca ma
por que un ca ci que bien se ha a fi cio na do
E cha mos por el pue blo u na de rra ma
y en bre ve gran res ca te se ha jun ta do
En tre los in dios co rre bien la fa ma
que el res ca te es muy ri co y muy pre cia do
los cau ti vos tra je ron a gran prie sa
por go zar del res ca te y la pro me sa
A quién no ha de cau sar es to man ci lla
si tie ne de cris tia no sen ti mien to
que no que dó de to da la cua dri lla
al gu no más que tres pues el tor men to
que pa san y la pe na quién de ci lla
po drá Que a mí en pen sar la ya el a lien to
me fal ta y la plu ma des fla que ce
y mi len gua tur ba da se en tor pe ce
Aquéstos nos dijeron que tenían
los otros tres cristianos por cautivos,
y que ellos del rescate tratarían
de aquellos que hallasen estar vivos,
y que luego a nosotros los traerían.
Nosotros, en aquesto compasivos,
de cosas les henchimos bien las manos,
deseando librar nuestros hermanos.
El cobertor quité yo de mi cama,
porque un cacique bien se ha aficionado.
Echamos por el pueblo una derrama,
y en breve gran rescate se ha juntado.
Entre los indios corre bien la fama,
que el rescate es muy rico y muy preciado,
los cautivos trajeron a gran priesa
por gozar del rescate y la promesa.
¿A quién no ha de causar esto mancilla,
si tiene de cristiano sentimiento,
que no quedó de toda la cuadrilla
alguno más que tres; pues el tormento
que pasan, y la pena, quién decilla
podrá? Que a mí en pensarla ya el aliento
me falta y la pluma desflaquece,
y mi lengua turbada se entorpece.
Aquestos nos digeron que tenian
Los otros tres cristianos por cautivos,
Y que ellos del rescate tratarian
De aquellos que hallasen estar vivos,
Y que luego a nosotros los traerian.
Nosotros en aquesto compasivos,
De cosas les henchimos bien las manos,
Deseando librar nuestros hermanos.
El cobertor quité yo de mi cama,
Porque un cacique bien se ha aficionado;
Echamos por el pueblo una derrama,
Y en breve gran rescate se ha juntado.
Entre los indios corre bien la fama,
Que el rescate es muy rico y muy preciado,
Los cautivos trageron a gran priesa,
Por gozar del rescate y la promesa.
¿A quien no ha de causar esto mancilla,
Si tiene de cristiano sentimiento,
Que no quedó de toda la cuadrilla
Alguno, mas que tres; pues el tormento
Que pasan, y la pena, quien decilla
Podrá? que a mi en pensarla ya el aliento
Me falta, y la pluma desflaquece,
Y mi lengua turbada, se entorpece.