A llí vi de las fuer zas de rri ba das
las to rres y los al tos e di fi cios
a llí vi de las ca sas de rro ca das
y sa ca das las puer tas de los qui cios
Por ma de ra en el fue go son que ma das
y tu vie ron por gran des be ne fi cios
los que e nhies tas en pie ha llan sus ca sas
por que las más es ta ban he chas bra sas
No me hi zo ad mi rar a ques ta rui na
que el ca za dor que en tra por un co to
la ca za ma ta to da cuan ta a ti na
y el sol da do que ve al cam po ro to
del al to a ba jo to do de so lli na
Mas pe na me dio el ver que a quel pi lo to
que ten go re fe ri do lu si ta no
en el puer to a Can dish me tió de ma no
A qués te me re cí a ser que ma do
y el Ca pi tán que pre so le te ní a
en San tos don de es tu vo a tal re ca do
que hu yen do se fue don de ha que ri do
Mi rad lo que ha rá a ques te pe ca do
pues le tie ne el De mo nio per ver ti do
Y no que rrá mi Dios que tal de li to
lo pon ga yo en me mo ria por es cri to
Allí vide las fuerzas derribadas,
las torres y los altos edificios;
allí vide las casas derrocadas,
y sacadas las puertas de los quicios.
Por madera en el fuego son quemadas,
y tuvieron por grandes beneficios
los que enhiestas en pie hallan sus casas,
porque las más estaban hechas brasas.
No me hizo admirar aquesta ruina,
que el cazador que entra por un coto
la caza mata toda cuanta atina,
y el soldado que ve al campo roto
del alto abajo todo desollina.
Mas pena me dio el ver que aquel piloto
que tengo referido, lusitano,
en el puerto a Candish metió de mano.
Aquéste merecía ser quemado,
y el Capitán que preso le tenía
en Santos, donde estuvo a tal recado
que huyendo se fue donde ha querido.
Mirad lo que hará aqueste pecado,
pues le tiene el Demonio pervertido.
¡Y no querrá mi Dios que tal delito
lo ponga yo en memoria por escrito!
Allí vide las fuerzas derribadas,
Las torres y los altos edificios;
Allí vide las casas derrocadas,
Y sacadas las puertas de los quicios:
Por madera en el fuego son quemadas,
Y tuvieron por grandes beneficios
Los que enhiestas en pié hallan sus casas,
Porque las mas estaban hechas brasas.
No me hizo admirar aquesta ruina,
Que el cazador que entra por un coto,
La caza mata, toda cuanta atina;
Y el soldado que vé al campo roto,
Del alto abajo todo desollina:
Mas pena me dió el ver que aquel piloto
Que tengo referido, lusitano,
En el puerto a metió de mano.
Aqueste merecia ser quemado,
Y el Capitan, que preso le tenia
En Santos, donde estuvo a tal recado,
Que huyendo se fué donde ha querido:
Mirad lo que hará aqueste pecado,
Pues le tiene el Demonio pervertido,
¡Y no querrá, mi Dios, que tal delito
Lo ponga yo en memoria por escrito!