sas á su manera, y muy bien que saben pecar estando á obscuras.
Con estos Scherues (Xarayes) nos quedamos un día y navegamos desde allí hasta llegar en 3 días á lo de un rey, que está á 14 millas (leguas) de allá [su gente]. Se llaman también Scherues (Xarayes), pero su tierra no tiene más que 4 millas (leguas) de camino de ancho; también tiene él un pueblo situado á orillas del agua Paraboe. Allí dejamos nuestro navío con 12 Españoles, que lo cuiden, para que cuando llegásemos nos sirviese de amparo; les encargamos también á estos Scherues (Xarayes) en el propio pueblo, que tenían que portarse como buenos amigos con los Cristianos, como que también así lo hicieron.
Así pues nos quedamos 2 días enteros en el pueblo y nos aprestamos para el viaje y nos tomamos cuanto nos hacía falta; después cruzamos el agua Paraboe y llegamos á lo del rey, allá donde vive en persona. Y allí cuando llegamos nosotros como á una milla (legua) de distancia, entonces nos salió al encuentro el rey de los Scherues (Xarayes) con 12.000 hombres y tal vez más, en una pampa y en son de paz. El camino por donde andaban ellos era de 8 pasos de ancho; el tal camino estaba entapizado con puras flores y pasto hasta el pueblo, así que no se podía dar con una piedra, palo ó