veres, no teníamos otra cosa de comer que una pämb (palma) llamada palmides (palmitos) y cardes (cardos) y otras raíces del campo que se crían bajo de tierra.
Cuando llegamos nosotros á los Scherues estaba nuestra gente á la muerte de enferma por causa del agua, y de las necesidades que en este viaje habíamos sufrido; porque por 30 días y noches seguidas habíamos estado en el agua, y de la misma habíamos bebido. Así nos quedamos allí entre los Scherues, donde vive el Rey, unos 4 días; nos trataron muy bien y nos sirvieron al pensamiento, y el Rey encargó á sus súbditos que nos cuidasen y nos diesen cuanto nos hacía falta.
Así en este viaje cada uno de nosotros se había ganado un valor como de 200 sólo en mantas de algodón de Indias y plata, que les habíamos comprado á ocultas, y sin que se sepa, por cuchillos, rosarios, tijeras y espejos.
Después de todo esto volvimos á navegar aguas abajo á juntarnos con nuestro capitán general Alwiso Capessa de Bacha [Luego que llegamos á los navíos, ordenó él, Albernunzo Capessa de Bacha] que so pena de la vida ni uno de nosotros