habíamos visitado. Mas nosotros los soldados por nada quisimos consentirlo, ni menos en esta estación en que la tierra está anegada; por otro lado la mayor parte de la gente no solo estaba muy enferma y cansada, sino que tampoco tenía ya mayor respecto por el dicho capitán Aluiso Capessa de Bacha; algo más, era cosa bien sabida entre el común de la gente ó soldados, que se trataba de un hombre que jamás en la vida había tenido idea propia ni habilidad para mandar.
Así permanecimos nosotros unos 2 meses entre los susodichos Syeberis (Suruchakuiss?). Por este tiempo una fiebre lo tomó al capitán general Aluiso Capessa de Bacha, así que cayó gravemente enfermo; acaso no se hubiese perdido gran cosa si en esta vez hubiese fallecido; porque lo que era él bien poco valía para con nosotros. En esta tierra de los Suerachkuesys no he visto Indio alguno que alcanzase á los 40 ó 50 años de edad, porque en mi vida he visto tierra más mal sana, por hallarse en una región en que el sol se eleva más; es casi tan apestada como Santo Tomé. Allá entre los Suerukhues vi yo la constelación ; porque nosotros habíamos echado menos á