las tales estrellas en el cielo desde que pasamos la isla Sant Augo, como se dijo en la foja 4.
Pero en esto, nuestro capitán general, con ser que estaba tan enfermo, mandó á 150 hombres Cristianos y á 2.000 Indios Caríos, á quienes envió con 4 navios bergentín (bergantines), distancia de 4 millas (leguas) á la isla Sueruekues y les ordenó que matasen y tomasen prisioneros á esta gente Sueruekues, y que cuidasen de acabar con todo el que tuviese 50 ó 40 años de edad. De como los dichos Sueruekues nos habían hospedado antes de esto, ya lo he contado en la foja 33, mas como les correspondimos nosotros y las gracias que les dimos es lo que tengo que recordar. Dios sabe que les obramos injusticia.
Y cuando llegamos al pueblo de ellos, que no sospechaban tal cosa, salieron de sus casas á encontrarnos de paz, armados con sus armas, arcos y flechas; mas como en seguida se armase un alboroto entre los Caríos y los Sueruekues, al punto nosotros los Cristianos disparamos nuestros arcabuces y volteamos á muchos; también tomamos hasta unos 2.000 prisioneros, hombres y mujeres, chicos y chicas, después quemamos sus pueblos y les quitamos cuanto tenían: en esa vez se llevó á