Viaje al Río de la Plata

maderos en forma de trampas de ratones; si éstas hubiesen salido al colmo de sus deseos, cada una de ellas nos hubiese muerto hasta 20 ó 30; de las tales se habían construido muchas cerca de este su pueblo. Mas Dios el Todopoderoso nada de esto permitió; ¡sea El alabado y loado eternamente!

Delante de este su pueblo Karayeba estuvimos acampados 4 días, sin poderles sacar ventaja alguna, y al cabo por traición, que nunca falta en el mundo, allá vino un Indio de los enemigos Caríos durante la noche á nuestro real á ver á nuestro capitán Marthin Doménigo Eyolla; era aquél un principal de los Caríos y á él obedecía el pueblo. Este pidió que no le quemásemos ni destruyésemos su pueblo, que él nos mostraría cómo y de qué manera era de tomarlo; así le prometió nuestro capitán que no permitiría que le hiciesen mal. Después de lo cual este Caríos nos mostró un camino escusado en el bosque por el que deberíamos nosotros llegar al pueblo, y dijo que él encendería fuego en el dicho pueblo cuando llegase el momento de meternos en él. Como que todo sucedió tal cual se había arreglado y mucha gente pereció á manos de nosotros los Cristianos y fué destruida; y los que á la fuga se dieron cayeron en manos de sus enemigos los Geberus (Yapirú) que destruyeron y mataron á los más; pero á las mujeres y á los niños no los tenían esta vez consigo,

Volver al Índice

Mantenido por hdlabconicet

2024 Viaje al Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0