CAPÍTULO XLIX
DE LA TIERRA DE LOS MARCHKHAYSÍES. REGRESO AL RÍO DE LA PLATA. ALZAMIENTO DE DIEGO DE ABREU
De tal modo se había manejado y tanto había hecho nuestro capitán allí con la gente, que en razón de víveres ya no podíamos permanecer más entre los Marchkhaysies; porque los víveres que teníamos no alcanzaban para un mes; mas si nosotros hubiésemos sabido, que se nos iba á proveer ó nombrar un [nuevo] gubernator, no nos hubiésemos movido de allí, hubiésemos hallado harta comida y remedi (remedio) (á la cosa); pero en el mundo todo es picardía. Después marchamos nosotros de regreso á los Harchkokoes (Corocotoquis). Debía yo haberos contado también, á saber, que los dichos Machkaysis tienen una tierra tan fértil que no se había visto otra igual hasta entonces; por ejemplo, cuando un Indio sale al monte ó selva, y en el primer árbol que allí