que ello podría ser causa de una gran hambruna en la tierra, de suerte que si se ofreciere pasar del Perú al Rio delle Plata, no encontrarían allí nada de comer; mas nuestro capitán y la comunitett (comunidad) no quisieron entrar por ello, sino que siguieron el antedicho propósito y marcharon contra los dichos Wockhhobosíes (Corocotoquis), y cuando ya estábamos nosotros como á 1/2 milla (legua) de camino de ellos ya habían sentado sus reales al abrigo de 2 cerros y bosques á los 2 costados, porque, llegado el caso de que nosotros los venciésemos, pudiesen ellos escaparse de nosotros con más facilidad. Pero la cuenta les salió mal parada: aquellos que nosotros alcanzamos tuvieron que quedar allí ó ser nuestros esclavos; así que en la tal escaramuza nos ganamos hasta unos 1.000, sin contarlos que matamos hombres, mujeres y niños.
Después de estos nos quedamos 2 meses largos en este pueblo que era tan grande como serían cualesquiera 5 ó 6 de los otros. Así, pues, marchamos adelante hasta el pueblo donde habíamos dejado los 2 antedichos navíos de que se trató en la f. (48)y estuvimos en el viaje año y medio, en que nosotros no hicimos más que guerrear con los